AGRESIONES YANQUIS A LA REPUBLICA DOMINICANA

 

Desde que la prehistoria se convirtió en historia en la parte de la isla La Española que hoy se reconoce como República Dominicana, la lucha por autodeterminación ha sido una constante, como constante han sido para impedirlo, las potencias que en cada momento de nuestra existencia han colocado sus botas agresoras, ora españoles, ora franceses, ora ingleses, ora norteamericanos.

 

Somos un pueblo que siempre ha dado lo mejor de sí para el logro de sus propósitos, nunca nos faltó coraje para defender el derecho a existir que tenemos, hemos peleado sin desmayar para hacer escuchar nuestras voces y nuestras aspiraciones.

 

En esta oportunidad haremos referencia de manera particular a las agresiones que durante todo el siglo XX ha protagonizado el Imperialismo Norteamericano contra el pueblo y la nación dominicanos. Tres veces nos han ocupado o intervenido de manera formal: 1906, 1916 y 1965.

 

SINTESIS DE LA OCUPACION DE 1906:

 

Para esta época ya el capitalismo se consolidaba como fuerza imperial y sus intereses empresariales y financieros corrían por distintos países. En la República Dominicana se habían apropiado mediante la fuerza y el chantaje de una importante porción de terreno en la región este del país donde instalaron varios ingenios. A través de la compañía Clyde de New York monopolizaban la navegación del país, pero también eran propietarios del principal banco nacional y para colmo el gobierno de Lilís y sus continuadores habían endeudado el país, no solo con acreedores norteamericanos, sino también europeos.

 

Se estima que la deuda externa a principios del siglo XX ascendía a 17 millones de dólares lo que se puede considerar como enorme para aquellos años. Los principales acreedores como dijimos anteriormente eran europeos, específicamente franceses, españoles, belgas y holandeses. Estos se propusieron cobrar compulsivamente la deuda que tenía con ellos el país, lo que condujo al presidente títere de la época a firmar un acuerdo provisional con los norteamericanos, denominado Modus Vivendi, el que se convirtió en Convención Dominico-Americana en 1907, todo ello con el supuesto propósito de evitar la intervención de potencias europeas.

Mediante este oneroso acuerdo los Estados Unidos se hicieron cargo de todas las obligaciones económicas, tanto extranjeras como nacionales, y a cambio estos recibirían el manejo de las aduanas del país, con el derecho incluso de nombrar al personal recaudador, de lo recaudado un 55% destinado a cubrir la deuda. Además el acuerdo obligada al estado dominicano a no aumentar su deuda pública ni modificar los aranceles aduanales sin la aprobación de los Estados Unidos.

 

Los años posteriores al 1906 (año de la ocupación formal) fueron seguidos por una mayor inversión económica norteamericana, fortalecieron sus intereses financieros, lograron mayor control sobre posesión de la tierra. Al mismo ritmo pero en sentido contrario la crisis política, la ingobernabilidad del país era un hecho latente, trepaban y caían gobiernos de la noche a la mañana, y como es lógico deducir, la inseguridad se hizo presa de los ciudadanos. Se puede afirmar que la presencia de los gringos estimuló y apadrinó el desorden existente con fines posteriores, pero además la ambición desmedida de grupos de poder en la República Dominicana condicionó el terrero para lo que se veía venir.

 

INTERVENCIÓN YANQUI DE 1916:

 

Como consecuencia de la calamitosa situación descrita en el párrafo precedente, y bajo la divisa de proteger sus intereses y restablecer el orden, las tropas norteamericanas invadieron la capital dominicana el 15 de mayo del 1916, aunque no fue hasta noviembre de ese año cuando el capitán Knapp declaró oficialmente que Santo Domingo "era puesta en estado de ocupación por las fuerzas bajo su mando". De inmediato se designó un gobierno encabezado por un oficial de la Marina de Guerra norteamericana, que se hizo acompañar de un gabinete de oficiales del cuerpo de Infantería de Marina".

 

La soberanía y el derecho a definir nuestro destino sucumbieron nuevamente. Los norteamericanos asumieron control en todos los terrenos, se hicieron cargo de la economía, el comercio y decidían que se vendía fuera y que se importaba, por consiguiente la situación económica y social de los dominicanos se hizo cada día más insoportable. Fueron desplazados grandes contingentes humanos de enormes cantidades de terreno que cayeron en manos del capital norteamericano que las monopolizaron y su consiguiente predominio sobre la producción de azúcar. De los 22 ingenios existentes en 1925, 14 eran propiedad yanqui.

 

Con la presencia invasora en el país se estructuró el ejército dominicano, lo que se considera la consecuencia más importante desde el punto de vista político. Este hecho sobrevino con la carga moral propia de los agresores, corruptos, delincuentes, etc., baste citar que en él se formó Trujillo, tirano que a partir del 1930 gobernó con mano de hierro durante 31 años. El ejército inicialmente estuvo dirigido por oficiales norteamericanos y tenía como tarea fundamental aniquilar a las fuerzas nacionales que protestaban por todos los medios contra la intervención. Los fusilamientos, las cárceles, la violación a nuestras mujeres y la persecución de los anti imperialistas estuvieron siempre presentes.

 

Con esta ocupación los yanquis violaron el derecho internacional y la autodeterminación de nuestra patria. Este acontecimiento se prolongó durante 8 años es decir hasta 1924 cuando abandonaron el país, pero ya tenían el control de la economía y a un ejército servil que haría su santa voluntad, además que se consolidaron como nuestros principales acreedores.

 

INVASIÓN YANQUI DE 1965:

 

Como hemos explicado anteriormente, a la ocupación de nuestras aduanas a principios del siglo XX siguió la ocupación de 1916. Luego de la salida de los norteamericanos una serie de hechos llevaron a dirigir los destinos del país al sátrapa Rafael Leonidas Trujillo Molina. Aquella larga noche de tinieblas que inicio en el año 1930 concluyó el 30 de mayo de 1961, cuando un grupo de oficiales del régimen y con la anuencia de los organismos de inteligencia del imperialismo, asesinaron al tirano.

 

Decenas de acontecimientos justificaban por demás el derrocamiento de ese régimen, pero podemos registrar 3 de ellos que pueden considerarse como los que pusieron la tapa al poco. Uno externo y se trató de la orden dada por Trujillo para que fuera asesinado el presidente de Venezuela Rómulo Betancourt. Otros dos hechos se registraron en el país. Uno de estos fue la invasión que desde Cuba se inició el 14 de Junio del 1959, en la que un grupo de revolucionarios dominicanos y de numerosas nacionalidades de América Latina, con las armas en las manos se propusieron derrocar al régimen e instaurar un gobierno patriótico y progresista. Aquella acción cargada de ideales terminó con el fracaso de la acción militar insurgente siendo fusilados la mayoría de los expedicionarios, pero incendió para siempre la antorcha de la libertad.

 

El otro acontecimiento fue el apresamiento y asesinato de Patria, Minerva y Maria Teresa Mirabal a su regreso de la cárcel de Puerto Plata en la región norte del país, donde se encontraban detenidos importantes dirigentes del recién fundado movimiento 14 de Junio, entre estos, su líder Manuel Aurelio Tavárez Justo y que ellas venían de visitar, esta acción criminal removió los cimientos de la conciencia nacional y aceleró los acontecimientos que pusieron fin a la dictadura.

 

Luego de la muerte de Trujillo, el pueblo se lanzó a las calles y en pocos meses hicieron polvo los remanentes de la tiranía. Se convocaron las primeras elecciones limpias desde el inicio del régimen trujillista y resultó ganador el sector liberal, con el 58% de los votos válidos emitidos. En estas elecciones que se celebraron el 20 de Diciembre de 1962 resultó electo presidente el Profesor Juan Bosch.

 

Este gobierno se inauguró el 27 de febrero de 1963 y como se esperaba tomó acciones favorables a la población. Se aprobó una de las constituciones más democráticas en nuestra historia republicana, consignaba la distribución racional de la tierra en manos de los campesinos, su oposición al monopolio y mayor participación del pueblo en las grandes decisiones nacionales, entre otras importantes conquistas. Esto contravenía los intereses económicos y políticos de la oligarquía y del imperialismo, lo tildaron de comunista y se inició la conspiración para derrocarlo. Siete meses después, en septiembre 25, caía el gobierno y se instauró un triunvirato.

La inestabilidad y la conmoción política no cesaron, por todos los rincones del país corría la consigna de "regreso a la constitucionalidad sin elecciones", y amplios segmentos de la población se integraban masivamente a la lucha contra los golpistas.

 

El 24 de abril de 1965 se llamó al pueblo a la insurrección armada. De inmediato civiles y militares tomaron las calles, y en apenas 24 horas colocaron un gobierno provisional hasta el regreso de Juan Bosch quien se encontraba en el exilio. Los golpistas fueron derrotados y ante el hecho inevitable del restablecimiento de la democracia, los malos dominicanos de siempre solicitaron la intervención de los norteamericanos.

 

De rigor es consignar que el inspirador del movimiento militar de abril lo fue el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, pero por circunstancias de la historia el líder de las fuerzas rebeldes, civiles y militares, lo fue el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, en razón de que el primero se encontraba en ese momento como agregado militar en el extranjero.

 

El gobierno provisional juramentado apenas un día después de las hostilidades renunció y se asiló y en su lugar el congreso designo entonces al coronel Caamaño, esto sucedió el 27 de abril de 1965.

 

El 28 de abril de 1965, cuatrocientos (400) infantes de marina norteamericanos desembarcan para, supuestamente, proteger el perímetro de la Embajada Norteamericana en el país y evacuar a sus ciudadanos.

Luego, en el mismo abril y bajo el argumento de no permitir la instalación de gobiernos comunistas en occidente, el presidente de los Estados Unidos Lindon B. Jonson ordenó el envío de 42 mil marines a la República Dominicana. La soldadesca invasora desembarcó y de inmediato se inició el fusilamiento de hombres, mujeres y niños. Según los datos de que se dispone, más de 4 mil dominicanos y dominicanas fueron asesinados por estos.

 

Me parece que vale aquí transcribir un fragmento del poema Versainograma a Santo Domingo del chileno Pablo Neruda escrito en febrero de 1966 y que dice lo siguiente: "y con voz de fusiles en las calles, salió a cantar el corazón del pueblo, santo domingo con su pueblo armado, sonó la inspiración de los violentos, tomo campos, ocupó ciudades y en el puente con el pecho desnudo y descubierto aplastó tanques, desafió cañones y corría impetuoso como el viento hacia la libertad y la victoria, cuando el texano Jonson, el funesto, hizo desembarcar los marineros, 42 mil hijos de perras desembarcan con sus armas y sus cuentos, con ametralladoras y cuchillos, con objetivos claros y concretos, poner en libertad a los ladrones y a los demás pues claro hay que meterlos presos". Termina el fragmento.

 

La solidaridad internacional no se hizo esperar y por todo el mundo se movilizaban los pueblos en contra de la agresión. Esto obligó a que los norteamericanos propusieran a la OEA el envío de una Fuerza Interamericana de Paz con la cual legitimarían su agresión, esto se aprobó, como ocurre siempre cuando de proteger los intereses imperialistas se trata. A los propósitos norteamericanos se opusieron en esa reunión de la Organización de Estados Americanos –OEA-, Uruguay, Méjico, Ecuador, Chile y Perú. De justicia es consignar que durante esta guerra se expresó, además de la que brindaron con su voto estos gobiernos, la solidaridad internacional militante, varios combatientes cayeron, entre ellos el Frances Andrés Riviere, el italiano Ilio Capoci, el poeta haitiano Jacques Viax, entre muchos otros.

 

El pueblo resistió con firmeza la agresión y durante varios meses se desarrollaron combates intensos en los que los norteamericanos sufrieron bajas significativas. A final de Agosto de 1965 se firmó la denominada Acta Institucional mediante la cual se ponía fin al conflicto militar, en la que se establecían entre otras, la instalación de un gobierno provisional distante de los sectores en conflicto y la convocatoria a elecciones generales. El 3 de septiembre de ese mismo año en un acto multitudinario renunciaba como presidente el Coronel Caamaño.

 

El primero de Junio de 1966 y con la presencia yanqui en el país se celebran elecciones en las que mediante el fraude se eligió como presidente a Joaquín Amparo Balaguer Ricardo, quien bajo el amparo, la protección y ayuda norteamericana persiguió, encarceló, exilió y asesinó a más de 3 mil dominicanos, dirigentes sociales unos, revolucionarios otros y simple ciudadanos los demás, durante sus sangrientos doce años que duró su gobierno.

 A la fecha han transcurrido 33 años de la revolución de abril y 25 de la salida del gobierno de Joaquín Balaguer. Hoy la situación es calamitosa pero resistimos. Una deuda con los organismos financieros internacionales que sobrepasa los 5 mil millones de dólares, más de 40 mil millones de pesos dominicanos de deuda interna, un aparato productivo nacional por el que ingresa a penas el 4% del total de divisas de casi un 60% que representaba anteriormente…Pero resistimos.

 Antes de la agresión Anglo norteamericana contra Irak varios campamentos norteamericanos estaban instalándose en Sierra Prieta de Yamasá en el país, lo que significa que ésta seguirá siendo una de las formas de agresión que continuarán utilizando.

 

Me permito concluir afirmando que existen y existirán por siempre hombres y mujeres dispuestos a dar lo más hermoso de sí en defensa de la libertad y la soberanía de nuestros pueblos. A diferencia de los agresores, que donde hay que poner corazón, lo que ponen es su tecnología militar, hay que recordar lo que escribió soberbio literato en una clásica obra, y que dice más o menos lo siguiente: "la artillería es un endemoniado instrumento con el cual un infante y cobarde brazo quita la vida a un valeroso caballero y que, sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala, disparada por quien quizás huyó, y corta y acaba en un instante los pensamientos y vida de quien la merecía gozar luengos siglos".

 "Santo Domingo será libre de toda potencia extranjera o se hunde la isla"Juan Pablo Duarte, patriota dominicano.

 

República Dominicana

Mayo 2003.