Buscarán detener la impunidad con que opera EU
contra los pueblos en resistencia
Realizarán en Chiapas un encuentro hemisférico
contra la militarización
Convocan cinco coaliciones de organismos civiles de
México y el resto de América
HERMANN
BELLINGHAUSEN ENVIADO
San
Cristobal de las Casas, Chis., 9 de abril. Convocado por
cinco coaliciones de organismos civiles de México y el resto
de América, el primer Encuentro Hemisférico contra la
Militarización se realizará en esta ciudad del 6 al 10 de mayo
próximo. "Para callar las armas, hablemos los pueblos",
expresan en su llamado los organizadores. Así, esperan detener
"la impunidad con que opera el gobierno de Estados Unidos
contra los pueblos en resistencia.
"Luego de
los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y en
medio de una crisis económica mundial, el gobierno de Estados
Unidos ha lanzado una feroz campaña militar en todo el mundo,
se han reactivado las guerras y la industria armamentista",
manifiesta la convocatoria. "Específicamente en el continente
americano, el fenómeno de la militarización ha invadido
tierras, sectores sociales y la estructura de los estados. En
este contexto se activan el Plan Colombia, el Plan
Puebla-Panamá y otros proyectos regionales en el contexto de
la construcción del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas
(ALCA)."
Las
coaliciones y redes que firman el llamado al encuentro
hemisférico se extienden de Canadá hasta Argentina, y son:
Convergencia de Movimientos de los Pueblos de América (Compa),
Grito de los Excluidos/as, Red Internacional de no Violencia,
Jubileo Sur Americano (creado en Porto Alegre en enero de 2001
por grupos de una decena de países) y Encuentro Chiapaneco
Frente al Neoliberalismo (en el cual participan unas 80
organizaciones independientes).
Estas
redes argumentan que hacen el llamado frente a "la amenaza de
guerra, los crímenes de lesa humanidad, los impactos sociales
y humanos provocados por la hegemonía económico-militar de
Estados Unidos, los atentados a la libertad en nombre de la
democracia, y la impunidad y el desacato a la comunidad
internacional por parte del gobierno estadunidense".
Los
objetivos del Encuentro son: 1) compartir información,
análisis y diagnósticos sobre la militarización del continente
americano en todos sus ámbitos y niveles; 2) compartir
experiencias sobre el significado de la militarización y sus
causas, efectos y consecuencias en la vida rural, urbana y en
los diversos ámbitos de la vida social, política, económica y
cultural; 3) unir esfuerzos, corazones y voluntades para
delinear alternativas de paz frente a la militarización
continental, y 4) crear un proceso permanente y continuo en
torno al análisis, reflexiones, experiencias y búsquedas de
alternativas.
"En
tiempos de guerra, encontramos que el encuentro hemisférico
representa el primer espacio en que las redes y organizaciones
civiles del continente tendremos oportunidad de hablarnos,
escucharnos y diseñar iniciativas y acciones conjuntas que nos
permitan influir de manera más efectiva en la defensa de los
derechos humanos y de los pueblos frente a un actor que ha
mostrado su intolerancia y el uso de su poderío". La guerra
contra Irak, agregan, "pone en tela de juicio la posibilidad
de un orden mundial basado en el respeto a los derechos
humanos y los derechos de los pueblos".
El
encuentro discutirá el hecho de que "la globalización del
modelo económico neoliberal y la identificación de recursos
naturales dentro de zonas ocupadas por comunidades indígenas y
campesinas ha despertado fuertes intereses de la banca
internacional, las empresas transnacionales, el gobierno de
Estados Unidos y diversos grupos dentro de los gobiernos de
América". Ante estos sucesos, se considera "de vital
importancia identificar y enfrentar los impactos del modelo
económico neoliberal y de los recursos naturales en su
vinculación con la operatividad y el papel de las fuerzas
armadas, y juntos encontremos ideas y formas concretas de
resistir y proponer alternativas frente al modelo de hambre y
poder".
Al final
de la guerra fría, agregan los documentos preparatorios
del encuentro, "la ocupación militar estadunidense en el
continente no disminuyó, sino que encontró nuevas
justificaciones para mantener el control en la región: el
narcotráfico y el crimen internacional, las migraciones en el
caso de la frontera de Guatemala con México, el resguardo de
recursos naturales estratégicos y ahora el terrorismo
internacional, en una nueva doctrina de seguridad nacional que
para Estados Unidos significa minimizar el peligro para su
seguridad interna en cualquier parte del mundo. Esta doctrina
no significa necesariamente la presencia de las fuerzas
armadas estadunidenses" pues incluye, "como auxiliares" a los
ejércitos nacionales en los diversos países.