A las comunidades y pueblos indígenas

A las organizaciones de la sociedad civil

A la comunidad científica del país

A la sociedad en general

El 17 de octubre del año 2000, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), a través del periódico La Jornada, hizo pública su decisión de declararse en moratoria en torno a la continuidad del proyecto Bioprospección, Conservación de la Biodiversidad y Desarrollo Sustentable en los Altos de Chiapas, conocido como "ICBG-Maya".

El origen de este proyecto se remonta a 1997, cuando un grupo de investigadores de Ecosur fue invitado a participar, junto con la Universidad de Georgia (UG) y un pequeño laboratorio de investigación ubicado en Gales, llamado "Molecular Nature Ltd." (MNL), en una iniciativa que tenía como objetivo contribuir a la conservación del conocimiento tradicional sobre las plantas medicinales utilizadas por los mayas de Los Altos de Chiapas, investigar las bases científicas de la medicina tradicional y desarrollar usos alternativos y productos medicinales. Había, además, la propuesta de conformar una asociación civil de representantes de comunidades indígenas, que formaría parte del proyecto y que compartiría los beneficios que pudieran generarse por las investigaciones. El proyecto fue aprobado por el programa "International Cooperative Groups on Biodiversity (ICBG)" a finales de 1998; a principios de 1999 se iniciaron algunas actividades de colecta científica de herbario y se suscribió un acuerdo de propiedad intelectual entre las partes ya constituidas.

En 1999 el Consejo de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas (COMPITCH) solicitó a la SEMARNAP que el proyecto se cancelara, argumentando la ausencia de una legislación que proteja y regule el acceso a los recursos genéticos y biodiversidad de los territorios indígenas de México.

Entre mayo y junio del año 2000 se dio un diálogo mediado por SEMARNAP en el que Ecosur aclaró que no había iniciado actividades de bioprospección (ni lo ha hecho hasta la fecha) y que participaba en este diálogo con la intención de aclarar los objetivos del proyecto y de encontrar una manera en la que tanto las organizaciones sociales como las autoridades federales y Ecosur, establecieran las condiciones necesarias para que el proyecto ICBG-Maya generara el consenso social necesario para su realización. Este diálogo no prosperó al no lograrse un clima de confianza hacia las intenciones de Ecosur y mantenerse una campaña permanente de información tergiversada sobre el proyecto.

En octubre de 2000 Ecosur decidió establecer, a iniciativa propia, la moratoria al proyecto ICBG-Maya en tanto no se cumplieran dos condiciones:

  1. Que la SEMARNAP y el Instituto Nacional de Ecología (INE) definieran los mecanismos e instrumentos jurídicos y administrativos por medio de los cuales se podrían cumplir cabalmente los requisitos para realizar colectas con fines biotecnológicos en regiones indígenas, con el consentimiento previo e informado de sus habitantes, según lo señala la legislación vigente.
  2. Que las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas constituyeran formalmente una instancia que las representara en el proyecto. La naturaleza y nombre de esta instancia deberían definirla sus integrantes y se incorporaría a la revisión y redefinición de aquellos aspectos del proyecto que lo ameritaran.

 

La situación actual es la siguiente:

  1. A principios de 2001, el Dr. Brent Berlín, investigador de la UG y líder del proyecto, participó en una iniciativa de trabajo que fue presentada a la Secretaría de Pueblos Indios (SEPI) de Chiapas, por Ecosur y la organización OCOMITCH, conformada por médicos tradicionales de Oxchuc, Chis. y por técnicos indígenas que habían participado en el proyecto ICBG-Maya, y que consideraba dar continuidad al establecimiento de jardines botánicos comunitarios con plantas medicinales y a la promoción del conocimiento y uso de estas plantas por las comunidades. Entre estas actividades no se incluía el componente de bioprospección ni la participación de los laboratorios de la UG y MNL. Esta iniciativa fue interpretada por COMPITCH como una forma velada de llevar acabo actividades de bioprospección y violar la moratoria declarada por ECOSUR.
  2. Ecosur ha promovido la discusión ante otras instancias de investigación y del gobierno estatal y federal, sobre la necesidad de analizar y definir el marco legal para el aprovechamiento de la biodiversidad en México, a fin de que la riqueza biológica y el conocimiento tradicional puedan ser conservados y aprovechados de tal manera que estos recursos contribuyan al desarrollo local y nacional.
  3. En agosto de 2001, el Dr. Brent Berlin presentó al programa ICBG y a la dirección de Ecosur, una propuesta para reorientar el proyecto ICBG-Maya y destinar sus recursos a realizar las siguientes actividades: clarificar qué se entiende por prospección de la biodiversidad, recabar información detallada sobre esta actividad y sobre los posibles riesgos y beneficios que implica la exploración e investigación de productos naturales con fines biotecnológicos, entrenar a especialistas indígenas sobre las normas éticas para informar y obtener el consentimiento previo informado, y desarrollar una campaña de información en las comunidades indígenas sobre la bioprospección, sus riesgos y sus potencialidades.
  4. Esta reestructuración del proyecto fue aprobada por el programa ICBG. Sin embargo, el consejo técnico consultivo de Ecosur ha recomendado no continuar con el proyecto, a pesar de sus aparentes bondades, con el fin de evitar el conflicto de intereses, aislar a las posiciones intolerantes que se nutren de la desinformación y calumnias y, sobretodo, contribuir a crear un clima de confianza que permita que los planteamientos plurales sobre la bioprospección, sean escuchados por la comunidad académica, las organizaciones sociales e indígenas y las autoridades correspondientes.

Con el ánimo de construir conjuntamente las condiciones que favorezcan la conservación y aprovechamiento de los recursos bióticos por parte de las comunidades, como un recurso que contribuya a su desarrollo y bienestar, y buscar los mecanismos que permitan una amplia colaboración entre organizaciones sociales, instituciones de investigación y entidades de gobierno, la dirección general de ECOSUR ha notificado al Dr. Brent Berlin, y al programa ICBG, la CANCELACION DEFINITIVA del proyecto ICBG-Maya.

Como centro público de investigación, Ecosur hace un nuevo llamado a las organizaciones sociales e indígenas, a las instancias de gobierno que corresponda, y a la comunidad académica nacional, a promover una discusión racional y asumir la responsabilidad de definir el marco legal necesario para el mejor aprovechamiento y manejo de los recursos naturales en nuestro país.

El conocimiento, el uso y el manejo de la biodiversidad, está actualmente en la mesa de discusión a nivel internacional como un elemento que puede generar desarrollo. En Ecosur consideramos que no es con la parálisis ni con la intolerancia y el aislamiento como podemos encontrar alternativas de desarrollo para los pueblos de los Altos de Chiapas.

Responsable de la publicación,

José Pablo Liedo Fernández

Director General de El Colegio de la Frontera Sur

San Cristóbal de las Casas, Chis. a 23 de octubre de 2001.

Para mayor información sobre Ecosur y el proyecto ICBG-Maya se sugiere consultar los documentos disponibles en: www.ecosur.mx