Traducido de la revista
"Schwarze Faden"
del mes de marzo de 1998.
Onondaga es el centro político de Iroquoia, la puerta de entrada de los iroqueses, la misma confederación indígena que a mitad del siglo XVIII ayudaron a los ingleses a vencer a los franceses en su guerra de ultramar. Seis naciones conforman esta alianza: Mohawk, Cayuga, Oneida, Onondaga, Seneca y Tuscarora. Ellos mismos se nombran "Haudenosaunee" —hombres de las casas largas. En medio de Onondaga hay una casa larga, es el lugar de las asambleas del pueblo, las fiestas y las ceremonias.
Desde hace mucho tiempo Iroquoia está contraída: comunidades diseminadas por todo el estado de New York y en las provincias canadienses de Ontario y Quebec es todo lo que queda. Cuando los jefes de las tribus tienen que reunirse para tomar decisiones, tienen que viajar a la Casa Larga de Onondaga.
Parecido al pueblo de las Galias de Asterix en el territorio ocupado por los romanos, el pequeño pueblo de los Onondaga ha resistido hasta hoy a la Roma del Nuevo Mundo, Washington, D.C. El poder jurídico de los USA no alcanza a penetrar en el pequeño mundo de Onondaga.
Todavía es el "Clan de las Madres", las ancianas de los diferentes pueblos, las que nombran a los jefes de las tribus. Desde hace 800 años regula la Gran Ley de la Paz como Constitución de la vida comunitaria y de las relaciones con la América blanca. En el siglo XVIII, Benjamin Franklin estudió esta Constitución y vio en ella un ejemplo para las nuevas colonias.
Aquí me encuentro con Oren Lyons, miembro del Concejo de los Jefes de Tribu. Lyons es pintor, profesor de Estudios de los Nativos Americanos en la Universidad de Buffalo y político. No es común que lo encuentre uno aquí pues su actividad lo conduce muchas veces al mundo exterior: Moscu, Ginebra, Melbourne y Rio de Janeiro. De este mundo viene el contenido de nuestra conversación ese jueves de enero. Oren Lyons está preocupado: el pueblo de los Onondaga ha caido en el foco del interés científico. El llamado Human Genome Diversity Project, quiere analizar los genes de los pueblos amenazados. Una lista ha aparecido con 722 pueblos —Onondaga es uno de ellos.
Oren Lyons:
Es extraño, en las Naciones Unidas se habla de los derechos humanos como derechos individuales y casi nunca se discuten en la ONU los derechos de los pueblos indígenas, sus derechos como grupos o como naciones. Y, de repente con el Human Genome Diversity Project tenemos que vernos con grupos, con naciones indígenas, las cuales como tales son acreditadas. ¿No es extraño de que en un foro sea bastante difícil el que nos reconozcan a nosotros como naciones y en el otro foro lo aceptan sin nuestro apremio?
Nosotros debemos actuar y debemos hacerlo ahora, pues esta es una empresa gigantesca para los antropólogos que buscan trabajo. Y, de repente, ahí esta este grandioso proyecto que promete muchisimos empleos. ¡Y cuanto dinero se ha metido en él! Surge, entonces, la pregunta quienes son los que financian todo esto. Como nosotros sabemos, los USA estan ya dejando patentar genes. Ellos han intentado patentar los genes de un ser humano en Panamá. En este caso específico, Panamá se ha opuesto a ello, lograron que esa patente fracasara. Pero esta ese hombre de Papua-Nueva Guinea, el que ya está patentado. Ahora dicen los jueces que las muestras de tejidos y de sangre fueron modificadas en el laboratorio y por eso ya no pertenecen más a la persona de la cual fueron tomadas.
Aquí se plantea para nosotros la pregunta de qué pertenece a quien. Es bastante refinado, decir que tu sangre ya no es de tu propiedad sólo porque pasó por un proceso en el laboratorio. Aquí se plantean preguntas éticas primordiales, no preguntas jurídicas, pues la leyes se han hecho para validar cualquier cosa. Nosotros no necesitamos ahora de una discusión jurídica sino de una discusión ética. Esto es una cuestión moral. Cuando estos principios morales se echen por la borda en el futuro, ¿qué futuro es el que vamos a tener?
Me acuerdo de un libro que un amigo mio escribió, Jerry Mander. El libro se llama "In the Absence of the Sacred", —En la ausencia de lo sagrado— Después de este título están tres puntos, continuando, tiene que llamarse: ‘En la ausencia de lo sagrado..., todo es posible’. Cuando lo sagrado falta, no hay ningún impedimento más en el camino."
Yo debería escuchar a todos los pueblos tribales del mundo, me aconsejó Oren Lyons, el jefe de los Onondaga. Seguí su consejo y emprendí mi viaje. Me encontré con gente de USA, México, Colombia, Peru, Hawaii y Las Filipinas.
Ellos se llaman Lahe naí Gay, Alejandro Argumedo, Victoria Tauli-Corpuz.
Lahe naí Gay:
La patentización de los genes de los pueblos indígenas es —me faltan las palabras— horrible, es imperdonable, es sin gusto, es obsceno. La identidad genética pertenece al ser humano. Si hay algo que todavía nos pertenece, es eso."
Alejandro Argumedo, Aimara (Perú):
Hemos estudiado las leyes, pero no hemos encontrado ninguna
norma que nos proteja. El US-Army colecciona muestras genéticas
alrededor del mundo, ante todo, de aquellos que ellos han llamado ‘ poblaciones
aisladas’. Ellos guardan sus muestras en Fort Dittrich, el centro de los
USA para la guerra biologica estratégica. Esos materiales son administrados
por una empresa de nombre SAIC, en cuya mesa directiva hay gente que tiene
nexos con la CIA y con el National Defense Council. Entonces, por un lado
son los militares los que cuentan ya con muestras genéticas, y por
el otro, es una institución pública, el National Institute
of Health, el que dispone de estas muestras, y ambos trabajan conjuntamente.
Y no hay una norma que diga: una muestra sólo puede ser utilizada
para un sólo tipo de investigación."
Lahe naí Gay:
Victoria Tauli-Corpuz. Kankanaey-Igorot (Filipinas):
Mi pueblo, los Igorot, está también en la
lista de más de 700 pueblos de los cuales se colecciona su material
genético"
La protesta contra la toma de sangre sin el pleno conocimiento, aunado a la posibilidad de que más adelante se patente el gene, dejan crecer la resistencia de los pueblos autóctonos en todo el mundo. Aparte de eso, está presente también un temor: el temor a que el proyecto de investigación Human Genome Project junto con su vástago el Human Genome Diversity Project puedan, con el progresivo desarrollo en la biología molecular, llevar al resurgimiento de la eugenesia.
Mientras hacia mi indagación, buscaba en los reportajes impresos oficiales algo acerca del proyecto vampiro. No encontré nada. Lo que encontré, fue siempre en pequeñas publicaciónes y proviene de la pluma de algún activista indígena o de algún científico crítico, con una excepción: el canal de televisión británico "Chanel 4" dió un encargo de realizar un documental. La película "Gene Hunters" no tiene hasta ahora igual. Los que la hicieron, acompañaron a un equipo de médicos y bioquímicos que fueron en busca de los grupos tribales más recónditos de la selva colombiana. En las Naciones Unidas en Ginebra me encuentro con el productor del documental, Luke Holland. De "Gene Hunters" provienen las siguientes citas de científicos.
La Dr. Janielle Noble es colaboradora de la transnacional farmaceutica HoffmanLaRoche cuya filial es el laboratorio de investigación Roche Molecular Systems. Ella estuvo en la expedición a la selva colombiana que fue acompañada por el equipo de filmación.
Dr.Janielle Noble, Roche Molecular Systems Inc., California:
En base a nuestro trabajo con colombianos, es que tenemos el acceso a muestras que se recolectaron en Colombia. Con esto estamos nosotros en la posibilidad de dar una valiosisima contribución al Human Genome Diversity Project. El beneficio que obtienen los pueblos, es el que pueden aprovechar el que nosotros venimos aca con un equipo médico y podemos dar consultas; muchas veces acompaña a la expedición también un dentista, con esto podemos ofrecer consultas a las cuales, de otra forma, no tendrían acceso.
No tiene ningún sentido aclararles lo que nosotros hacemos con el DNA, pues no lo entenderían. Pero yo pienso que sí lo entienden tan bien como ellos pueden, luego darán su consentimiento. Mi lado idealista como científica me dice que todo esto está pasando para el bien de la humanidad.
Esas muestras de sangre de Colombia son una mina de oro, sin ellas no tendriamos la posibilidad de hacer esas investigaciones."
Mientras los científicos siguen a su ciencia, tanto las transnacionales farmaceuticas como el National Institute of Health se interesan por las patentes. Una de las víctimas más renombradas de la patentización es el americano John Moore. El tenía en los años 70’s leucemia y fue curado. Para su médico, fue una buena razón reservarse algo del tejido de su bazo y observar la estructura genética de Moore bajo el microscopio.
Cuando el médico presentó su solicitud de patente, se abrió de pronto el secreto y Moore presentó una demanda judicial. El tribunal superior de justicia de California le proporcionó un gran resarcimiento económico en 1990 pero por lo demás permaneció duro: sus células no son más de su pertenencia desde el momento en que ya no forman parte de su cuerpo. Una sentencia, que como ninguna otra, influyó en el rumbo de las cosas. John Moore se hubiese seguramente callado si no hubiera en Canada la "Rural Advancement Foundation International" RAFI. Los fundadores del RAFI son Pat Mooney y su colega Cary Fowler ambos galardonados con el premio Nobel alternativo. En los años 80’s descubrieron los métodos de las transnacionales de granos, las cuales sistematicamente destruyeron clases de granos locales y economías rurales en todo el mundo. RAFI proporciona ahora, a todos los pequeños pueblos, información acerca de las técnicas genéticas, sobre todo a traves de internet. Yo hablé en Carolina del Norte con Edward Hammond, el director de la oficina de la RAFI en los USA.
Edward Hammond, RAFI:
Otro de los factores inquietantes es la fusión de la industria privada con la militar. Científicos de ambos lados coleccionan e investigan muestras humanas conjuntamente. Nosotros hemos descubierto que una empresa del Ministerio de la Defensa de los USA, la Science Application International, se ha especializado en la colección de material genético y que también trabaja para el Ministerio de Salud de los USA. La empresa también desarrolla métodos para la secuencia genética."
Confirman lo anterior dos personajes de nuestro tiempo, ellos saben de donde y hacia donde soplan los vientos del mundo financiero: Bill Gates y Paul Allen, los fundadores de Microsoft. En 1994 invirtieron 10 millones de dólares en la empresa de técnicas genéticas Darwin Molecular Technologies Inc.
Tiene absolutamente algo de conspirativo el que me encuentre con el Dr. Tony Socci en el restaurant del hotel "Vier Jahreszeiten" en Washington. El propuso este lugar. Para él es muy importante no ser molestado, pues Tony Socci trabaja para el gobierno de los USA: el pertenece al "US Global Change Research Program", un grupo que aconseja al presidente en cuestiones ecológicas. Con el Human Genome Diversity Project no tenía nada que ver, hasta que conoció al jefe de los Onondaga, Oren Lyon. El Dr. Socci indagó, en base a su indignación personal y se encontró con preguntas, las cuales, como él dice, esperan una respuesta. Desde entonces tiene él algo que ver con el Human Genome Diversity Project.
Tony Socci, Washington:
La falta de cooperación, la falta de invitación a participar, toda la forma como fue echado a andar el proyecto es para mi colonialista. Puedo ver claramente por qué, de los círculos de los pueblos indígenas, se les acusa de colonialistas. Los colaboradores intentan conseguir muestras de aquellos quienes estan amenazados de desaparecer antes de que esto suceda. Yo, personalmente, tengo con eso un problema ético. Es interesante el que los antropólogos se hayan impuesto como meta de su eje de trabajo el rescatar material genético de los pueblos indígenas pero no hacen nada para rescatar la cultura misma."
En realidad, no tenía planeado viajar a Los Alamos. Aquí, en el Centro de Investigación Atómica de los USA fueron desarrolladas, en los años 40, las bombas que más tarde destruyeron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. En Santa Fe me encontré con Greg Mello.
Por encargo de la oficina de protección ambiental del gobierno de New Mexico, vino, en los años 70’s a Los Alamos, el ingeniero hidráulico Greg Mello. Después de que Mello, no sin la resistencia de los científicos, echara un ojo alrededor del gigantesco laboratorio de Los Alamos y reconociera la contaminación, cambio de trinchera. Hoy dirige al "Los Alamos Study Group", una ONG en Santa Fe que informa regularmente lo que pasa en Los Alamos, pero que es callada por los medios de información. Los Alamos depende actualmente del Ministerio de Energía y se preocupa por los genes humanos.
Greg Mello, Santa Fe:
Yo en lo personal estoy más preocupado por el valor de utilidad que comienza a manifestarse alrededor de la técnica genética: en la industria nuclear hay diversas tareas con las cuales es imposible no contaminarse radioactivamente, por ejemplo los trabajos de soldadura en un reactor defectuoso. En toda la ciudad de New York y de New Jersey, puede llegar a suceder que los soldadores profesionales no puedan ya ir a reparar el reactor porque han recibido el máximo de radiación permitido. Sería de mucha utilidad el disponer de personas que muestren una cierta resistencia a las radiaciones. En este sentido ya se han llevado a cabo pruebas."
Después de la plática con Greg Mello, fue claro hacia donde debía dirigirme en mi viaje. En Los Alamos me encontré con Gary Klever. Gary Klever es un joven reportero científico y uno de las 15 "public relations authority" del laboratorio atómico. Nos quedamos de ver en el "Science Museum". Al entrar al museo no podía creer lo que veían mis propios ojos: en letras gigantescas lei "The Human Genom Project" y "Life Sciences". En 1995, cuando se festejaron aqui los 50 años de la era atómica no había ningún indicio de colaboración con el Human Genome Project. ¿Han cambiado las metas de las investigaciones? ¿Se ha cambiado de los armamentos a los genes?
Gary Klever, Los Alamos:
Cuando alguien piensa en nosotros, es automáticamente en el desarrollo de armamento, y es cierto: Livermore y Los Alamos son los laboratorios líderes de los USA en desarrollo de armamento. No se puede echar de menos una cierta ironía, el que nosotros, como expertos en armamento, colaboremos precisamente en el Human Genome Project, pero las premisas de investigación tienen en ambos casos el mismo estado natal, condicionados por el uso de una super computadora, luego los mejores científicos del mundo y por último los mismos métodos. Todos los laboratorios del Ministerio de Energía sirvieron, en el pasado, para más que sólo investigaciones sobre armamento.
Hacia Los Alamos no hay desvíos, igual de que disciplina científica se trate, todo pasa por ahí.
De regreso en Europa. Aquí me encontraré, por fin, con Luigi Cavalli-Sforza, con él nunca pude entrevistarme en los USA. El padre intelectual del Human Genome Diversity Project va y viene entre Italia y California. En Milano, me abre la puerta un investigador de cabellos blancos. El profesor Cavalli-Sforza responde a la imagen de un científico de laboratorio, aún cuando no lleve puesta su respectiva bata, que me invita a tomar un espresso en la sala de su casa. Este es, entonces, el hombre malo, el cazador de genes, cuyo nombre en el mundo de las tribus indígenas sólo se pronuncia con desprecio. El padre del proyecto vampiro. Cuando menciono a RAFI monta en cólera, en el fundador de la organización, Pat Mooney, ve casi a un enemigo personal o, en el mejor de los casos, a un enemigo de la ciencia. Y el profesor Cavalli-Sforza es un científico en cada una de sus células, las patentes no son su inspiración. A él le interesa la migración de los pueblos, los caminos que han escogido las distintas especies humanas en su expansión sobre el planeta. Estas investigaciones le han dado un renombre: el puede comprobar que el racismo no tiene ninguna base genética, puesto que sólo hay una raza y se llama ser humano. Sus trabajos han dejado al descubierto que una diferencia genética puede ser mayor entre ingleses a una diferencia entre un escoces y un japones.
Yo le cuento a Luigi Cavalli-Sforza de mis pláticas con sus contrarios y menciono sus argumentos. No es la primera vez que él lo oye
Profesor Luigi Cavalli-Sforza:
Naturalmente es posible que se llegue al mal uso, pero ¿puede alguien protegerse de eso? ¿Puede uno impedir que el resultado de su trabajo sea mal empleado por otros? De todas maneras nosotros hacemos todo para impedir eso. Nosotros insistimos sobretodo, en que las personas se dejen tomar las muestras y eso se hace en nombre de un gobierno o para conseguir metas comerciales. Con los grupos que se dejan tomar muestras, tenemos que celebrar un contrato en el cual está estipulado que una parte de las ganancias les corresponden. Lo que dificulta las cosas es muchas veces la corrupción de los gobiernos. Medicamentos que llegan gratis a los países subdesarrollados, son muchas veces confiscados por los políticos y luego vendidos. Yo se que eso pasa y pasará siempre.
Uno tiene que ser realista y conocer los verdaderos peligros del mal uso. Estamos nosotros ante una gran exageración. Yo sospecho que los que están en contra del Human Genome Diversity Project utilizan su dinero primordialmente para poder darse a conocer. RAFI es la única organización que pone todo para prevenir a los pueblos de nosotros. Ellos dicen que nosotros buscamos 722 pueblos para nuestra investigación. Yo se que ese anuncio fue puesto en el mundo por el RAFI. Esa lista de los 722 pueblos nos da una semblanza sobre cada pueblo que podría ser elegido para la investigación. La idea fue la siguiente: suponiendo que nosotros tuvieramos el dinero, buscar 500 grupos, ¿a cual de ellos vamos? Esa fue la pregunta. Luego ya no fueron 500 sino 722. En principio es risible, pues yo puedo encontrarme con representantes de la mayoría de los pueblos en otra parte. Sólo en San Francisco encuentra uno miembros de la mayoría de los pueblos. Nosotros hemos ya investigado muchas etnias en San Francisco. Pigmeos no hay naturalmente para eso hay que ir al Africa. A los filipinos me gustaría estudiar mejor en su país, pero también se puede en San Francisco. Sí esos hombres en las Filipinas no quieren, ¿qué puedo yo hacer?"
"Ninguna patente de por vida" se llama una iniciativa ciudadana en Munich. Su fundador es el médico veterinario y político del Partido Verde Dr. Christoph Then. El participa en un movimiento a nivel europeo, que se opone a una decisión que se vislumbra ya como sombra en el horizonte de la Unión Europea. En el proceso globalizador, se tiene previsto que el derecho de patentes europeo permitirá también la patentización de granos, animales y genes humanos. Mientras que en los USA, desde hace mucho tiempo se puede patentar sin tener que presentar un instructivo para el uso de la patente, aquí en Europa la oficina de Patentes exige eso, un instructivo. Aún si la Oficina de Patentes en el futuro seguiría pidiendo el instructivo, visto desde el punto global no tendría ninguna diferencia con los USA., pues un instructivo no dice si el plan funciona en la realidad: por ejemplo ¿los genes responsables de la partición celular llevan en realidad a una terapia de cáncer? En última instancia el instructivo no es otra cosa más que un texto en donde se le da la propiedad del gene al requiriente. Encontrado es inventado, dicen ellos y los que lo dicen tienen el poder. Christoph Then y sus amigos no tendrán calma por mucho tiempo.
Christoph Then:
En Alemania no resulta sencillo encontrarse con personas que están a favor del Human Genome Diversity Project. Un colaborador del proyecto de Munich, el genético Svante Pääbo, está muy ocupado para dar una entrevista. Después de 8 meses de buscarlo me dí por vencido. En la Oficina de Patentes Europea tiene uno dificultades para encontrar a la persona correcta, pero de ahí me enviaron al Instituto Max-Planck sobre Derechos de Patente. Ahí está el Profesor Josef Straus, el cual está de acuerdo en una entrevista. En su oficina de Munich-Bogenhausen, le platico de mis pesquisas. Cuando menciono el nombre de RAFI, la reacción no es otra que en Milano con Cavalli-Sforza. RAFI es un paño rojo. Cito a diferentes representantes indígenas y sus acusaciones sobre colonialismo y robo, el profesor Straus no comparte eso.
La patentización no es, en ojos del profesor Straus, un abuso sino una protección.
Prof. Dr. Josef Straus:
Uno solo tiene que poner atención, el que no sólo uno gane y los otros , los que son la fuente de eso, no ganen. Pero no por eso van a desaparecer, esto no tiene nada que ver; probablemente es un chance, no quiero decir con esto que uno los multiplicará, eso es absolutamente absurdo, pero quizas entre nosotros reconoceríamos la importancia de esa diversidad y el que ambos puedan sacar utilidad de eso."
¿Qué le queda al reportero después de la pesquisa? El se siente sin poder, pues el sólo puede documentar. El documenta la grieta entre las culturas y ve como los caminos de ambas sociedades se distancían. Una sociedad de ganancia globalizada no puede hacer ningún compromiso, pues entonces estaría en contra de su meta de máximas ganancias. Las sociedades tribales apuestan a la preservación en lugar de al desarrollo de nuevos mercados. Procedimientos duraderos en el trato de los recursos naturales de este planeta y respeto a toda forma de vida, deben permanecer como ilusión en una civilización cuyo fundamento es el continuo crecimiento. La sociedad de consumo rehusa un pensamiento de largo plazo y con eso prepara su propio fin.
Una sociedad en la cual la vida es sagrada, no puede
anteponerse a una sociedad en la que se patenta la vida. Robo, asalto y
esclavitud dicen unos, No nos llevamos absolutamente nada, dicen los otros.
La sociedad de patentes decide el curso de las cosas; no porque tenga mejores
argumentos, sino porque tiene el poder. Tiene el poder pero rechaza la
responsabilidad de quien tiene el poder.
A la irresponsabilidad se le ancla en las leyes. Bajo observancia
pública hay en este momento un acuerdo en el que se declara todo
el planeta como zona de libre producción. Se llama MAI "Multilateral
Agreement on Investment" y que los 29 países miembros de la OCDE
firman como responsables, lidereados por los USA, en las reuniones de París.
Este contrato de inversiones secretas contiene, en un primer borrador,
clausulas que protegen a las compañias transnacionales en caso de
ser llamadas a rendir cuentas por los gobiernos, cuando ellas violen las
leyes laborales, del medio ambiente y derechos humanos en un país
firmante, mientras no haya una violación directa en contra del derecho
internacional.
Los pueblos pequeños, mientras tanto, siguen sin tener una aplicación jurídica y ninguna convención de la ONU los protege. ¿Qué dijo Oren Lyon al comienzo de mi viaje? "In the absence of the sacred - anything goes".
La última palabra la tiene Lahe naí Gay de Hawaii.
Lahe naí Gay:
Algún día despertaremos
y nos sorprenderemos de lo que pasó,
pero cuando esto suceda será demasiado tarde
y no sabremos más
donde esta el camino."