Correo Ilustrado
México, D.F. miércoles 2 de agosto de 2000

Sami David disiente de dos articulistas

Señora directora: Me permito distraer tu atención para comentarte algunos aspectos que dos articulistas realizaron en la edición del miércoles 26. En relación con el texto "La paz y las elecciones en Chiapas", de Magdalena Gómez, te manifiesto que lo electoral, ligado a la paz, constituye una falsa premisa. El avance democrático, la vocación federalista y republicana de Chiapas no están en disputa, por lo mismo, considero que no es prudente que en nombre de la libertad de expresión se pretenda dibujar el rostro de un Chiapas enfrentado en la disputa por el voto, lo cual a todas luces no es cierto. El 20 de agosto los ciudadanos chiapanecos elegiremos libremente, no por la guerra o la esperanza, como sugiere la firmante del trabajo a que me refiero, sino por la concordia y la civilidad.

En páginas interiores, también en la edición de La Jornada a a que me refiero, Carlos Martínez García me lleva a los altares; sin embargo, como antiguo colaborador de este periódico, siempre he sido respetuoso de quienes expresan opiniones en las páginas editoriales; como funcionario público, como político de larga trayectoria, también he sido coherente y además tolerante con quienes manifiestan diferentes ideas a las mías. Reitero lo que he postulado en diversas tribunas: respeto la libertad de cultos y de creencias. Por lo mismo, ni la confrontación bélica ni mucho menos la religiosa tienen cabida en la contienda electoral de mi entidad natal, puesto que ambas atentan contra la libertad de pensamiento y de expresión, contra el derecho a la vida. Desde el título, el trabajo del señor Martínez García pretende fortalecer el conocimiento religioso, que el aspirante al gobierno chiapaneco por la coalición conoce perfectamente, y del cual hace gala el comentarista al señalar abundantes datos estadísticos a fin de esbozar sus muy particulares interpretaciones.

Creo en la civilidad, en el diálogo y la tolerancia. Respeto las diferencias de opiniones. Pero también exijo respeto para mi persona, para mi trabajo político y para mis propuestas al gobierno de Chiapas, basadas en el desarrollo y en la transformación social. Chiapas es la primera entidad federativa que ha dado muestras de voluntad y vocación democrática al agregarse a nuestro país mediante un plebiscito, realizado en 1824. Chiapas no es ningún botín político ni el pretexto para satanizar y descalificar a quienes buscamos el bien común de la gente, de la ciudadanía. Mi colaboración del día jueves 27 de julio es muy clara al respecto. Sin ánimos de polemizar con nadie, mucho menos con los articulistas, espero que los lectores lo observen en su justa dimensión.

Licenciado Sami David, candidato del PRI al gobierno de Chiapas