LLAMADO Y PROPUESTAS CIVILES
PARA UNA PAZ DIGNA EN CHIAPAS

Preocupados por la crisis que vive el proceso de Paz y por los diversos signos de violencia que amenazan a las elecciones para gobernador de Chiapas, diversos organismos y movimientos civiles nacionales, activos durante los últimos años en la construcción de una solución política a las causas del conflicto, hemos considerado necesario definir y canalizar públicamente algunas de nuestras principales inquietudes y propuestas.

Las elecciones locales, además de competidas, reflejan la profunda problemática social y la polarización que se viven en Chiapas, aceleradas por la equivocada estrategia militar con que los gobiernos emanados del priísmo han pretendido resolver el conflicto armado. Sin embargo, a partir del 2 de Julio, estas elecciones han adquirido otra relevancia, reflejan la disputa nacional, y pasa por ellas la posibilidad de un paso a favor o en contra de la transición democrática por vías pacíficas. Así, estas elecciones han dejado de ser un problema electoral local, pues en ellas están en juego el tipo de Paz y de democracia, sus alcances, actores, plazos y contenidos.

Así lo han comprendido ya diversas miradas y esfuerzos solidarios internacionales, que lejos de estorbar nos animan a renovar esfuerzos.

Por ello, como instancias civiles, hemos decidido compartir y comprometer tres líneas de trabajo con el candidato cuya victoria electoral nos parece más favorable a la reorientación del proceso.

Estas líneas son:

  1. UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO A FAVOR DE UNA NUEVA ESTRATEGIA DE PAZ.-

    Aunque no es posible construir la Paz al margen de la negociación entre el Gobierno Federal y el EZLN, lograr un gobierno democrático en Chiapas es importante para crear condiciones favorables al diálogo, pero sobre todo a la solución de las causas del conflicto. Este gobierno deberá comportarse de una manera radicalmente alternativa a como han operado los recientes gobiernos.

    Cuando hablamos de Paz no nos referimos solamente a la ausencia de guerra o del conflicto armado que restauren el orden interno preestablecido, sino a una Paz que requiere de transformaciones profundas en las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales para generar las condiciones de convivencia en las que la violencia no tenga cabida. Hablamos de una Paz con Justicia y Dignidad.

    Para ello, contemplamos cinco grandes campos de definición y de trabajo, en los que de hecho venimos ya colaborando desde hace años:

    1. Medidas de Distensión.-

      Es indispensable que el nuevo gobierno chiapaneco se asuma como garante del proceso de desmilitarización y desparamilitarización, encabezando la demanda social de redefinir, reducir y acotar el papel del Ejército Mexicano y de los distintos cuerpos de seguridad, tanto federales como estatales, enfrentando además las raíces de la impunidad y del paramilitarismo. Asimismo es necesario liberar a quienes se encuentran presos o perseguidos por motivos políticos, restaurando las condiciones para el ejercicio pleno de los derechos humanos, civiles y políticos de la población.

    2. Creación de condiciones favorables y Cumplimiento de Acuerdos.-

      Sin sustituir a las Partes, el nuevo gobierno chiapaneco deberá comprometer públicamente su pleno reconocimiento a los primeros Acuerdos de San Andrés, su disponibilidad a iniciar lo que le corresponde para su cumplimiento de conformidad a los procedimientos acordados por las Partes, así como desplegar toda su capacidad para el impulso de las condiciones favorables a la negociación y la reconciliación.

      En este marco será necesario revertir el proceso de medidas unilaterales que promovieron los gobiernos anteriores y que sumaron obstáculos al proceso de Paz.

    3. Institucionalidad Democrática.

      El conflicto armado es una expresión de la carencia de institucionalidad democrática que ha prevalecido en el estado. La Paz requiere una profunda renovación de las instituciones estatales que propicie nuevas formas de convivencia social y política en las que se expresen y realicen los diversos intereses y voces de la sociedad. Para lograrlo se requiere de una Reforma jurídica e institucional que garantice:

      • El reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos de los Pueblos indígenas, sobre la base de los Acuerdos signados en San Andrés.
      • Un proceso de democratización, que redistribuya del poder público garantizando los derechos de participación y representación política de los diferentes actores sociales, civiles y políticos del estado.
      • La reforma del Sistema Judicial que permita el pleno acceso a la justicia, el respeto a los derechos humanos y la eliminación de la impunidad en el marco de la diversidad social y cultural de Chiapas.

    4. Desarrollo y Reconstrucción de la Economía Local.

      En tanto el conflicto que vive el país en Chiapas es resultado de la desigualdad e injusticia que ha sumido en la miseria a grandes sectores de la población, particularmente a los pueblos indígenas, la construcción de la Paz requiere de políticas económicas y sociales que contribuyan a un desarrollo integral y sustentable con equidad y justicia, garantizando los derechos sociales, económicos y culturales de todos los chiapanecos, especialmente de aquellos que han sido históricamente excluidos.

      Resolver las causas del conflicto plantea la reconstrucción de la vida comunitaria y sus bases de reproducción; reconocer en los actores sociales el derecho a definir sus propias estrategias de desarrollo; democratizar y dar certidumbre a todos los tipos de propiedad agraria, compensar los efectos y deterioro producto de la guerra en las diferentes regiones del estado, así como promover una política de atención integral a la población afectada por la violencia particularmente las comunidades desplazadas, difícilmente se logrará una convivencia democrática, si no se logra proporcionar los mínimos de bienestar y seguridad para una vida y trabajo dignos.

    5. Reconciliación.

      El conflicto ha afectado profundamente las formas de convivencia en Chiapas. El esfuerzo de la Paz supone reconstruir el tejido social, que implica la recuperación de los proyectos colectivos, tanto comunitarios como municipales y regionales que convoquen al consenso y la unidad, fortaleciendo en este proceso a los actores sociales y civiles para actuar y decidir en el nuevo contexto.

      Un proceso de reconciliación requiere del concurso de todos, pero necesita del gobierno la voluntad para crear espacios de entendimiento y el restablecimiento de la confianza, el impulso de una cultura de Paz que se exprese en nuevas formas para dirimir las diversas necesidades e intereses sociales, religiosos, políticos y culturales a través de un ejercicio gubernamental basado en la ética, la justicia y la democracia participativa.

  2. NUEVA RELACIÓN Y PARTICIPACIÓN DE LOS ACTORES SOCIALES, PARTICULARMENTE DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS.-

    Un gobierno democrático se define por el tipo de relación que establece con los actores y causas sociales, por las vías que abre, por la agenda que asume. Así, no bastan los partidos para gobernar democráticamente en Chiapas, y se hace indispensable un amplio proceso de participación de todos los actores necesarios para construir las soluciones adecuadas a las causas reveladas por el conflicto armado, particularmente de los pueblos indígenas que conforman la mayoría y base social de los cambios de fondo que se reclaman.

    El nuevo gobierno chiapaneco deberá, en consecuencia, gobernar con los actores sociales y, en cumplimiento de San Andrés, con los pueblos indígenas sobre la base de reconocer su identidad, cultura y formas de autoridad y representación.

    Igualmente, deberá reconocer y favorecer la participación de las organizaciones civiles en la promoción del desarrollo, la democracia, los Derechos Humanos, la Reconciliación y la Cultura de Paz, que son las claves de la propia reconstrucción democrática de las estructuras sociales, económicas y culturales.

Finalmente, hacemos un LLAMADO a toda la ciudadanía e instancias ciudadanas, sociales, civiles, académicas, etc., para sumarnos al gran esfuerzo de garantizar la limpieza del proceso electoral chiapaneco. No son admisibles ningún acto de violencia, ningún fraude, ninguna provocación.

A pesar de sus problemas y tensiones, las elecciones no deben suspenderse. Debemos defenderlas a favor de la Paz justa, digna y democrática.

Cd. de México, a 9 de Agosto del 2000.

Organismos Civiles y Sociales firmantes

PAZ CON DEMOCRACIA, MISIÓN CIVIL POR LA PAZ, CAUSA CIUDADANA, MOVIMIENTO CIUDADANO POR LA DEMOCRACIA, CONVERGENCIA DE ORGANISMOS CIVILES POR LA DEMOCRACIA, ALIANZA CÍVICA NACIONAL, MOVIMIENTO POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD, SALUD INTEGRAL PARA LA MUJER, REDES DE LA SOCIEDAD CIVIL, RED DE APOYO A LA CAUSA ZAPATISTA, RED DE ABOGADOS/AS POR LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS, MADERAS DEL PUEBLO DEL SURESTE - CNI, CE ACATL - CNI, CALPULLI TEOTIHUACAN - CNI, UNIÓN DE ARTESANOS INDÍGENAS MIGRANTES - CNI, MUJERES POR EL DIÁLOGO, JUSTICIA PAZ Y VIDA, FAMILIA FRANCISCANA INTERNACIONAL, COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS AJUSCO, SERVICIOS, DESARROLLO Y PAZ, ASOCIACIÓN NACIONAL DE ABOGADOS DEMOCRÁTICOS, COLECTIVO ZAPATISTA DEL SUR - COYOACÁN, SERVICIO, PAZ Y JUSTICIA, ESCUELA DE CAPACITACIÓN CÍVICA DE SAN LUIS POTOSÍ, LA NETA, A.C. FRENTE CÍVICO SINALOENSE, FRENTE CÍVICO Y FAMILIAR DE YUCATÁN, UAMEROS POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD.