Respuesta de "los no-indios" a dos investigadores-funcionarios del Ecosur

A: los Doctores Mario González y Luis García
De: los asesores no-indios del Compitch:

Respecto al desplegado que hicieron publicar el sábado pasado en el periódico La Jornada:
¿por qué la insistencia (4 veces, a cita textual) en referirse a nosotros como los asesores no indígenas del Compitch?,
¿por qué el énfasis?,
¿por qué el interés ahora por nombrarnos-situarnos así?,
¿quién o quiénes, Luis y Mario, atormentado(s) por el rumbo de dignidad y resistencia asumido por el Compitch, sintiéndose vencidos o relegado(s), les contagió su resentimiento y pérdida de consenso?,
¿qué es ser indio, Luis y Mario, y qué es no serlo?

Aquella misma frase nos fue ya opuesta hace unos días en Georgia para enfrentarnos y, al cabo, fracasó, (¿o aún no les ha contado el Dr. Brent?), la habíamos ya escuchado de la Semarnap en su último envío (septiembre), y, más antes, a propósito de los Acuerdos de San Andrés, en otros.

Vayan y pregunten a los médicos y parteras indígenas del Compitch, a sus asesores indígenas que hemos acompañado en este proceso, qué es ser indígena, qué quieren los indígenas, qué es lo importante para los indígenas, quién es para ellos un hermano y quién no lo es, si es el color de la piel o el compromiso, la coincidencia en las premisas fundamentales o el origen territorial lo que define que alguien, más allá de ser o no indígena, sea persona de respeto y consideración.

No es por indígenas o no indígenas, como falazmente ustedes pretenden hacernos pasar, que el Compitch escuchó nuestros planteamientos y los ha asumido en aquellas áreas donde advirtió que era necesario actuar pero no contaba con elementos y recursos técnicos para hacerlo.

El ¡Estamos en pié de lucha! expuesto hace unas semanas en la Universidad Local por uno de los médicos tradicionales del Consejo no es atribuible a nosotros, si eso es lo que les preocupa, sino precisamente a ustedes, vale decir, a todo lo que hemos descubierto que ustedes no les-nos dijeron, y a todo lo que, a cuenta gotas, les dijeron, a ellos y a las autoridades de otras comunidades, sin sustento en la verdad.

Ese es el dilema, no otro, para su proyecto, para este tema, y para todo cuanto a partir de ahora quiera hablarse y andarse en nuestra patria de ombligo, México, y en nuestra patria grande, el Mundo.

Por cierto. Sobre todo, no olviden que estos asesores no indígenas lo están siendo sobre un tema -recursos genéticos- al que la legislación de la República les ha otorgado el carácter de soberanos -de todos los mexicanos, pues-, que nuestra, raíz nacional es indígena, y, sobre todo, que la propuesta-apuesta de esa raíz es la pluriculturalidad.

Y ya por último. Sobre su velada amenaza de buscar una nueva interlocución, no esperen que el Compitch se quede cruzado de brazos ante una eventual división-enfrentamiento a que en nombre del desarrollo, su desarrollo, conduzcan a las comunidades de los Altos.

Ana Valadez Ortega, Rafael Alarcón Lavín y Juan Ignacio Domínguez Nieto.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. 3 de noviembre de 2000