Carta entregada a la Directora de "La Foja Coleta", Concepción Villafuerte,
en el anochecer del 15 de mayo de 2003


NOTA: Versión integra que incluye en negritas un párrafo que no publicó "La Foja Coleta"

SERENA MORENA, o serena doña blanca, doña Concepción Villafuerte, ni tanto, que la villa no es otra que la sumisa y mazariega villa coleta a la que mucho honras y embelesas con tu diatriba de Babilonia, malograda trompetista de Jericó.

Qué deseabas-deseas, qué furias erínicas te colmaron sapiencia, alma, corazón y letras; a que viene ahora, antes del alba y su honrada cosecha, el vocinglero bramido de tus hados salamandrinos que al crepúsculo de tanto han tomado una a una tus almenas y dispuesto el fuego con alevosía hacia los flancos amigos; quién trastornó con tal desgracia tus sentidos; qué impronta sequía de amatistas y estaciones te quebró el sordo mástil de Ulises y viró el timón a irremediables postrimerías, despechos de Deyanira.

Inquisitorial, nos seguiste. Vestal ociosa estrujaste en cada poro buscando, no disipar la duda malévola sino confirmarla y en imaginación desbocada y torcida urdir cargos de heresiarcas contra los que de la tribuna y la fascinación no viven.

Y en tu locura de Medea, citas a Ernesto, a Ernesto Ledesma, a quien sitúas a la cabeza de los conjurados contra el símbolo niceo. Sabe que Ernesto es un caballero de alfanje en resguardo que bien pudo partirte en cuatro si vos tuvieras la estatura para así retarte, pero las palabras altas y hasta el frío acero reclaman nobleza y respeto cuando la ocasión llama a duelo; una camisa de fuerza con su bozal incluido y una cámara silente son, en todo caso, o en el mejor de los casos, la espada, la visera y el campo en donde noblemente podrían imponerse reto y sitio a tus infames desvaríos.

En términos políticos y a sabiendas del predecible efecto al señalarnos con mil imposturas, porque sabe que si lo haces con nuestros camaradas lo mismo que si lo hicieras contra nosotros, te abalanzaste sobre el proceso y sus flancos, que fue a lo que aquí venimos, sirviendo tu andanada de esmeril al poder que atacamos. El caballero de los espejos y no aquellos, que quiere decir nosotros, fue el adalid abatido en tu ociosa pelea.

Te lo decimos nosotros, los asesores del Compitch, que a pesar de los ofrecimientos nunca hasta ahora hemos aceptado un peso de ningún gobierno o de ninguna corporación trasnacional o nacional ni de organismo multilateral alguno por hacer y seguir haciendo cuanto hacemos, aunque tampoco cuestionamos a nuestros hermanos y hermanas, incluidos los miembros del Compitch, que honrada y dignamente viven de recursos que devienen del pueblo a través de programas o proyectos que no sean contrainsurgentes, porque de muchas formas y medios, siempre que sean públicos, dignos y asumidos, es que se nutre el pan del mañana o, ¿no eran recursos fiscales aquellos con los que don Amado realizó en el 94 su campaña al gobierno?. Cierto que una cosa es ese Pablo, administrador local del señor Fox, administrador a su vez de los imperiales planes texanos, que si don Amado hubiera quedado, el Amado de aquel entonces, no el entramado bajo tus faldas que hoy resultó.

En nuestra opinión, no todo fue miel sobre hojuelas en este Encuentro, pero esa es sólo nuestra opinión, algo más que matices de alabastro que en su oportunidad expondremos sincera pero lealmente a nuestros compañeros como tú no lo hiciste. Ya en la brega, cuando se necesitó brindar apoyo, a una todos, sobre todo todas en la organización dijeron, va cuanto de nuestro patrimonio y trabajo la convocatoria y sus tareas demanden si es finalmente para ser mejores y mejor construir la defensa, que para eso andamos.

De tu pulla del jueves 8. Mientras desde saber dónde te incluyes en el "los que nada más conocemos lo que significa tener los pies descalzos sobre la tierra.. ", en La Columna del anverso-portada reseñas, con todo y propuesta de asistencia fiscal (¿inmuebles para gubernamentales, IPG’s?) "La única casa bella y que en verdad merece un premio, (un subsidio podía ser) para poder mantenerla en buenas condiciones, es la de Lolita Rovelo. Felicitaciones por dejarnos admirar todavía esa belleza."; líneas antes, desgarrada, comentas, a propósito del desmembramiento comercial de las mansiones coletas: "Si los coletos de abolengo que construyeron sus casas con tanto orgullo resucitaran.." Aparte del obvio contraste social entre tus odiosos devaneos al anverso y los fariséicos del reverso, sitúas como ejemplo señero -complicidades de aldea- a una distinguida miembro de los Rovelo, esos que después del 94 (incluida Lolita) ofrecieron a la gente decente sus inconmensurables tierras en campo antes de que los indios (sobre todo zapatistas o simpatizantes) las tomaran.

La escoria, no para gubernamental sino paramilitar, en la foja coleta. Heriberto Velasco, coletísimo, funcionario en el área de comunicación social durante el gobierno de Albores es, además de tí, el otro articulista -Mi opinión- de la foja. ¿Con qué vara, mides, desde qué moral nos juzgas, tú, que mantienes como pluma predilecta a quien fuera uno de los más protervos y obvios espías en San Andrés y que a cambio, entre otros cambios, convirtió por entonces su vetusto tsurito guinda en un auto modelo del año?, ¿Desde dónde nos apuntas tú, hacia qué tierras, cuando mafiosos como él o el chequetero alborista del Fredy López-Cuarto Poder, a una semana, son los únicos que han levantado tu voz y tu mano?

Sobre el léxico de tu amado Amado y la cercanía entre su fraseología -recursos del exterior y siglas clandestinas (la foja, jueves 8 de mayo)- y la sugerida por los manuales de contrainsurgencia (manual 33-1 Conflicto de Baja Intensidad, Fort Bening o el de Guerra Irregular, dos tomos, SEDENA), va sugerencia: que el Heriberto ese o el Fredy López-Cuarto Poder, que mucho saben de contrainsurgencia (los tres), le revisen sus artículos antes que su-vuestra diletante sintaxis escale a la fase de aplauso pentagonal.

Sobre lo de la contrainsurgencia en su modalidad de la lucha social de membrete que endilgas a los anfitriones. Por cuanto hace a nosotros, que de alguna manera lo fuimos al dar hospedaje, pan y aprestos, te decimos: que esta lucha social de membrete llamada COMPITCH lo forman casi dos mil miembros, todos indígenas, de varios pueblos y cientos de comunidades, en su mayoría no hablantes del castellano y en su gran mayoría mujeres, varias de ellas descalzas físicas, no fariséicas como tú lo eres; que fiel a su compromiso comunitario, ha rechazado una retahíla de propuestas bioprospectivas mal enmascaradas de redistributivas, y logró hace un año y medio la cancelación oficial post torres gemelas de un mega proyecto semejante del gobierno estadounidense. Pero cuanto en nosotros cuenta no son las victorias (que esas, tarde o temprano, escampan) sino la memoria y la conciencia de lo que hoy se siembra, a eso trabajamos y tratamos de ser ejemplo, sobre todo entre nosotros mismos, y esa fidelidad, sobre todo interna y básica para andar sin desdoro al lado de otras flores, constituye el vértice de nuestros afanes, para todos, más allá de los errores veniales, que los capitales, los de no hacer nada, los de hacer sólo en soledad, los de promiscuos clanes, los de para cuando no nos nombren y su histérica compulsión, a la vera los dejamos; de su malvada hiel se encarguen los aluviones que depositan en el mar.

De la ruin confrontación inducida. Como el oleoso texano la deseó y esperó del chiíta frente al sunní, así también concluyó fatal tu arrogante desatino que al conjuro del vellocino programó fractura y abjuración desleal. No resultó, seguimos juntos y unidos, mediste mal; la América de Martí y Otto René es nuestra y porta en el pecho una cruz de ámbar.

A nuestros camaradas en San Cristóbal, a quienes hacemos traslado de estas líneas, les informamos que hoy jueves, antes de enviárselas, en la foja coleta las entregamos en documento. Por cierto, quienes aparecen en el espacio de correos electrónicos de destino corresponden a los únicos buzones a quienes las enviamos. Entendemos que somos los únicos que avanzan un fárrago a los periodistas de la foja, por ahora y de la naturaleza y gravedad del que mandamos; a nosotros corresponderá entonces hacer frente a cuanto él desate. Y no se piense que no tuvimos en cuenta la edad o la estatura política de los editores, pero tampoco suponga nadie que el respeto es una patente o que el fuego es un sable que puede usarse al arbitrio de los dioses ni que su encendida flama puede blandirse impunemente. Un punto innegociable y que sí tenemos bien claro es que no estamos dispuestos a que nadie nos pise. Antes de acometer, sopesamos la necesidad de hacerlo y medimos el costo, hasta donde nos dio el juicio y el talante, pero tampoco optamos por repartir o escandalizar en la plaza o por convocar a sociales desagravios cuando decidimos hacerlo. Y señalamos a quienes acordamos señalar en el tono y severidad con que lo hacemos por que a nuestro leal saber, entender y sentir así corresponde hacerlo con quien hizo cuanto ellos hicieron y porque no esperamos menos sino mucho más si llegado el caso fuéramos nosotros los infamantes y no ellos. Como ustedes saben, no somos simples espectadores ni cómodos anonimistas; estamos en medio de muchas cosas y así, tarde o temprano nos irá como de alguna manera, con nuestra hacienda, nos está yendo. El tiempo ha meses que redobla tambores y dispone arreos de carabelas y, a punto de arribo, no llegará con sus huestes anunciándose ni preguntando ni reparando en consideraciones. La tierra en la que estamos tiene, por sobre todas, los mayores y más temibles planes. Tenemos claro que en la tierra que pisamos aún se levanta nuestra bandera, así que esta porción de la patria es aún nuestra, como lo es también de todos los pobres. A su formidable defensa colectiva y soterrada nos preparamos, que en algo habremos de cooperar, y será en proporción a la embestida, fieles al objetivo central, que andemos nuestra respuesta, con o sin la foja, o a pesar de ella. Desde esta conciencia de la historia que corre y al caer la tarde ilumina ya el horizonte con la luz del crepúsculo sobre sus yelmos es que rompemos lanzas. Júzguese pues desde ahí, o también desde ahí, esta carta.

En fin, en suma y dicho de otra manera: hasta aquí con Saramago y hasta siempre con Cuba, y cuanto eso quiera decir.

LA COORDINACIÓN DE ASESORES, bajo autoridad del Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas

Micaela Huet Blom.
Juan Ignacio Domínguez N.
Ana Luz Valadez O.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, a jueves 15 de mayo del 2003