ONG y Gobierno
Gerardo González Figueroa
Periódico "Expreso" de Chiapas
mayo de 2003

El evento sobre militarización celebrado apenas la semana pasada, cumplió las expectativas generadas por sus organizadores, y no sólo por la gran participación, sino por la diversidad de nacionalidades. Sin embargo al final se desató una especie de tormenta, generada por la "acusación" de que el evento estuvo financiado por el gobierno estatal chiapaneco, es decir por Pablo Salazar Mendiguchía. En la radio de San Cristóbal (WM640 de AM, el 9-05-2003), así como el Diario La Foja Coleta, que editan la familia Avendaño Villafuerte, se comentó que el evento no trató sobre la militarización en Chiapas y a las ONG se les acusó de "paragubernamentales" (sic), ya que reciben fondos del gobierno (artículo de Fredy López del día 10 de mayo, en la misma Foja Coleta), mezclando varias cosas que de entrada no tienen nada que ver. Una cosa es el financiamiento, otra la llamada "Coinversión" y otra más el tratamiento de una problemática que las organizaciones han tratado de analizar desde una perspectiva global. Me parece entonces que se parte de una premisa errónea, el hecho de que al hablar de la Militarización en el hemisferio, se piense que no se está hablando de la militarización en Chiapas. Para empezar la militarización en Chiapas no es a consecuencia de 1994, esto es, a causa del levantamiento armado del EZLN en contra del Gobierno Mexicano, sino que es un proceso en escalada que digamos tiene como eje principal las políticas de Seguridad Nacional que cada país viene implementando en el marco de la "Guerra Fría", antes de 1990, y después otros problemas de seguridad como son el narcotráfico y las migraciones, en especial a los Estados Unidos (en esa perspectiva vale la pena revisar las llamadas Declaraciones de Santa Fe I y II que hice referencia en el artículo anterior).

Ahora se ha abierto un nuevo frente; la lucha en contra del terrorismo. Por ello, en este marco tan específico y a la vez tan amplio es que se puede uno referir a la militarización. El otro aspecto es el que significa la industria militar que deja enormes ganancias, que de hecho reactivan economías como la Estadunidense, que no hay que olvidar, prácticamente se encontraba en un período recesivo, esto es, sin crecimiento económico.

Uno de los aspectos medulares es lo que se ha dado en llamar "deschiapanizar" el conflicto, lo que implica situarlo en una perspectiva nacional y no como un conflicto regional, ubicado en algunos municipios de Chiapas, y exclusivamente como una problemática indígena. Chiapas es una referencia nacional e internacional, porque los zapatistas le han sabido dar esa dimensión y porque su lucha es una lucha en contra de la globalización y porque es parte de un proceso global a favor de la esperanza, en donde evidentemente están insertas otras luchas.

El otro punto, es el hecho de la relación de las ONG con el gobierno. Se equivoca quien crea que la llamada "Coinversión" nace en el gobierno de Cárdenas (Foja Coleta, 10-05-03). En México, a través del entonces Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), se llevó a cabo la "Coinversión", como una forma de cooperación entre el gobierno y la sociedad para atacar la pobreza. En Chiapas dio pie al nacimiento del hoy conocido Consejo Estatal de ONG (CEONG) que curiosamente, cuando el gobierno estatal le ha cerrado la "bolsa" se pone del lado oposicionista en el Bloque de Organizaciones Independientes (junto a MOCRI, Casa del Pueblo en Venustiano Carranza, etc). Además, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), implementó desde 1991, el programa "semilla" o "Basolay", de cooperación entre ONG, Gobierno y el PNUD. El INI también cada año desde 1991 convoca a las ONG para que presenten proyectos relacionados con los derechos indígenas. No una sino varias ONG han presentado desde esos años, diversos proyectos y aunque algunas ONG han sido satanizadas, y muchas de ellas trabajan en comunidades zapatistas, el problema no es el financiamiento, sino qué se hace con esos recursos. Desde que en 1994 los zapatistas han anunciado resistencia en contra de las políticas gubernamentales, ahora el simple hecho de ser gobierno o aceptar fondos del mismo, se utiliza para desacreditar en muchos sentidos, la probable cooperación de gobierno y sociedad y no se diga a quienes se fueron a trabajar al gobierno Pablista, incluso hay quienes afirman que las organizaciones civiles y sociales fueron desarticuladas (sic). Lo que existe en el mundo de las ONG es una serie de rumores y descalificaciones producto en muchos casos de la especulación y la ignorancia y en otros, que es sumamente lamentable el descrédito por diferencias y exceso de protagonismo.

Por ejemplo, las financiadoras u ONG de Cooperación, reciben fondos de sus gobiernos, de la Unión Europea y de donantes particulares, los cuales se envían a México a través de la presentación de proyectos. Existen también grupos solidarios que a través de su presencia o la recolección de fondos, apoyan actividades de las ONG, incluyendo a muchas de filiación zapatista. Hay un ejemplo interesante, el Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas (FIDEO), que durante muchos años cooperó con el INI, incluso en 1994 y otros años, tuvo apoyo de sectores gubernamentales y hasta ahora sigue apoyando comunidades indígenas, en especial zapatistas. Todo esto quiero señalarlo como una complejidad en la que las organizaciones de la sociedad civil requieren transparentar sus recursos, no pensando en un escrutinio irrespetuoso, sino como parte de una cultura que carece la sociedad mexicana y que da pie a la especulación en varios sentidos. Todavía hasta hace poco, se hablaba con gran escándalo cuando se informaba sobre el financiamiento gubernamental a la realización de la Convención Nacional Democrática (CND) de agosto de 1994 y que fue convocada por el EZLN y la verdad nadie hizo caso de ese suceso cuando quizá desde un principio debió ser de total trasparencia, el uso de los recursos públicos.

El evento sobre militarización no fue financiado por el gobierno Pablista, no me cabe duda, pero si así hubiera sido ¿en dónde está el problema?. Si se aborda como se abordó la militarización, esto es, desde diversas perspectivas, y en especial desde los pueblos y la globalización, es trascendental, pues se ha dado un paso importante, rebasando la denuncia y con el diagnóstico adecuado el buscar soluciones o alianzas políticas y sociales en la perspectiva de resistir y seguir luchando contra la injusticia que trae un poder militar, como el que ahora se expresa en el mundo unipolar. De cara a la sociedad se debe informarle, explicarle, confiar en ella. La actividad de las organizaciones sociales y civiles impacta en la vida pública, no son organizaciones clandestinas y este país requiere de intentar una nueva cultura de información y confianza que puede empezar desde aquellos que están interesados en que el mismo pueblo sea el protagonista.

Correo electrónico: gergonarrobalaneta.apc.org