Acteal Tierra Sagrada, Chenalho, Chiapas, México.
1 de Enero del 2000

A todos los hombres de buena voluntad:

Hace dos días oímos en los medios de comunicación la noticia de que nuestro pastor, el obispo coadjutor Don Raúl Vera López sale de la Diócesis de San Cristóbal con destino a la Diócesis de Saltillo. Esta noticia nos llena de sorpresa, de dolor y de preocupación.

Finalizamos el año y el milenio. Por muchas partes se festeja con alegría la llagada del nuevo milenio, don grandes celebraciones, con muchas luces y con grandes gastos. Nosotros no podemos olvidas lo que han sido los últimos años de sufrimiento y de dolor. Nuestro pensamiento todavía no es un pensamiento normal por la masacre que ha ocurrido: la recordamos en las lesiones y cicatrices de las víctimas de esas tremendas violencias a los derechos humanos. Acabamos un milenio y llegamos al siguiente con una guerra en nuestro estado, con miles de desplazados, con amenazas de grupos paramilitares, con una militarización que crece todos los días y con un diálogo suspendido disfrazado con discursos que quieren reanudarlo.

Hoy llegamos al nuevo milenio lamentando la salida de nuestro pastor, Don Raúl, porque es un pastor que nos vino a consolar y a curar nuestras heridas y a contentar a los tristes y a calmar las lágrimas. Él ha comido con nosotros, ha dormido con nosotros, él conoce hasta lo más profundo la situación que se ha generado. Él ha hecho bien su trabajo de traernos la Buena Nueva. Por esto, no es posible que se dejen las ovejas sin pastor mientras que la paz no llega porque cada vez se aleja. Sabemos que Don Samuel ya presentó su renuncia y con sorpresa nos encontramos la noticia que estaremos huérfanos cuando los nuestros pastores dejen la Diócesis.

Queremos caminar en una sola Iglesia, no dividida, que camine a la Luz de la Palabra de Dios, que nos ayude a encontrar ese tesoro que es el Reino, que nos ayude a seguir nuestra misión la de llevar el Evangelio a todo lugar y a toda nuestra vida. Necesitamos que el obispo de la Diócesis tenga amor a los pobres y a los más necesitados, que sea un obispo que respete nuestra cultura indígena como la raíz de nuestra vida, con la fuerza de la Palabra de Dios.

Pedimos las oraciones de los corazones buenos, para que la paz llegue a nosotros, para que caminemos con la Iglesia, y porque tengamos siempre un obispo que vea por la vida de los más necesitados, para estar guiados y protegidos por Cristo Nuestro Señor.

Que este milenio que hoy empieza nos ayude a encontrar un camino de hermanos donde la paz, el amor y la justicia vivan siempre con nosotros.

Fraternalmente

El Pueblo Creyente de “Las Abejas” de Chenalhó

Vicente Ruiz Pérez
Antonia Pérez Pérez
José Pérez Vázquez
Catarina Pérez Ruiz
Elena Pérez Jiménez


Sociedad Civil Las Abejas
TIERRA SAGRADA DE LOS MARTIRES DE ACTEAL CHENALHO, CHIAPAS, MEXICO