María de Jesús pregunta:

¿Cuál es el lado favorable del conflicto en Chiapas?

La montaña nos habló de tomar las armas
para así tener voz,
nos habló de cubrirnos la cara
para así tener rostro,
nos habló de olvidar nuestro nombre
para así ser nombrados,
nos habló de guardar nuestro pasado
para así tener mañana.
¡Nunca más un México sin nosotros!
(E.Z.L.N.)

Es díficil hablar de algo favorable cuando el camino está lleno de sangre, dolor, sufrimientos, humillaciones. Cuando la terquedad de los poderosos que se han adueñado de nuestro país, insiste en imponernos su proyecto en donde todo es mercancia y todo se mide con rentabilidad y ganancias.

Lo favorable es que las voces indígenas se han hecho escuchar,
favorable es que Chiapas es ahora conocido y escuchado en todo el mundo,
favorable es que la imagen que México quiso vender como país de primer mundo se desmoronó desde 1994,
favorable es que los mexicanos hemos sido sacudidos para escuchar y hacer oir nuestra palabra,
favorable es que la gente que lucha por un mundo más justo, ha visto en Chiapas un ejemplo de dignidad y esperanza,
favorable es que los poderosos no pueden seguir pisoteando al pueblo sin que surja una respuesta.

El "conflicto en Chiapas" es una expresión incorrecta que trata de minimizar la crisis del sistema. Así tratan de presentarlo los poderosos, el gobierno, los medios masivos, reduciendo un problema estructural a un simple conflicto localizado geográficamente en una pequeña región del país.

La situación en Chiapas es una expresión de una crisis que incluso no sólo afecta a México sino a muchos pueblos del mundo. Es el rechazo a convertirnos en mano de obra y mercancia dentro del capitalismo globalizado. Es un YA BASTA! que surge de los más explotados de los explotados: los pueblos indígenas, que a lo largo de cientos de años han resistido la colonización y la imposición de culturas deshumanizantes.

Lo favorable de la crisis es que es la oportunidad para el cambio. Es la oportunidad para que avancemos en la construcción de relaciones justas, dignas y respetuosas entre los seres humanos.

Manuel Pérez; febrero 2000