Comunicado de las ONGs de San Cristóbal

Viernes 11 de agosto de 2000

ELECCIONES BAJO AMENAZA

El fortalecimiento de las estructuras ciudadanas y la decidida participación ciudadana en el ejercicio pleno de sus derechos políticos dieron por resultado las elecciones más competidas de la historia de México el 2 de julio pasado y permitieron al país dar un gran paso adelante en el proceso de transición a la democracia.

Las elecciones del 2 de julio.
Sin embargo, ni la transición es todavía completa, ni la pulcritud del proceso electoral fue la misma en todos los aspectos y en todos los estados de la República. Si las viejas tácticas de manipulación electoral como las urnas embarazadas, ratones locos, carruseles, rasurados, caídas de sistema etc. casi desaparecieron del folclor electoral, no se puede decir lo mismo de las renovadas tácticas de compra y coacción del voto a través de la manipulación y el condicionamiento de programas sociales como el PROGRESA y el PROCAMPO, tácticas que, si bien se presentaron en todo el país, adquirieron dimensiones insólitas en las zonas más marginadas, como el estado de Chiapas.

Más aún, en Chiapas subsistieron, junto a la compra y coacción, muchas de las tradicionales prácticas sucias del proceso electoral, tales como la violación al voto secreto, la inducción al voto, la presencia de personas ajenas a las casillas rondando cerca de mamparas y urnas; las amenazas a observadores electorales, el manejo deficiente de la documentación electoral por parte de los funcionarios de casilla. Asimismo, hubo irregularidades que podrían achacarse no tanto a la mala fe como a la falta de cultura político-electoral de los ciudadanos y de los funcionarios electorales. En varios lugares se reportaron casos de personas a las que no se permitió votar porque no estaban en las listas, lo cual podría deberse no tanto a la práctica del rasurado sino a la confusión entre casillas especiales y extraordinarias, situación presente de manera particular en los campamentos de desplazados. Una novedad fue que en numerosas casillas las credenciales de elector fueron perforadas, no en el lugar correspondiente a las elecciones federales, sino en el de las elecciones estatales, aún por realizarse. Es de temer que esto haya sido resultado de algo peor que la falta de capacitación de los funcionarios de casilla, ya que la práctica parece haber sido constante y extendida. Solamente en el municipio de Chilón, se registraron cerca de 900 casos*.

En cuanto a los mecanismos de compra y coacción del voto, cabe recordar que en Chiapas fue de tal magnitud y descaro durante el proceso interno del PRI para la selección de candidato a la presidencia, que los mismos priístas denunciaron al gobernador interino Roberto Albores por el uso ilegítimo de los recursos públicos. Como era de esperarse, esta situación se agravó en el proceso electoral federal. Los programas oficiales como PROGRESA y PROCAMPO fueron condicionados a la filiación política de los beneficiarios; incluso se recogieron credenciales como un requisito para tramitar los programas. Se aplicaron multas por no asistir a mítines del candidato del PRI y hubo amenazas de expulsión por parte de priístas a opositores que no votaran a favor de sus candidatos.

Situación del estado de Chiapas en vísperas de la elección de gobernador..

Los procesos electorales del presente año en el estado de Chiapas se dan dentro de una situación que dista mucho de ser la más adecuada para el ejercicio del derecho al voto. Una extensa y densa militarización, la persistencia de los grupos paramilitares y su actuar impune y la consecuente existencia de miles de desplazados, son condiciones que obstruyen el ejercicio de las libertades fundamentales de los ciudadanos. La intimidación constante que resulta de verse normalmente rodeados de personas armadas, sean de las fuerzas regulares o irregulares, crea un clima de miedo en las comunidades que dificulta y a veces prácticamente imposibilita la manifestación libre de las ideas y el ejercicio de la libertad de asociación, garantías individuales sin las cuales no es concebible el libre ejercicio de un derecho tan fundamental como es la elección de las autoridades. Es verdad que el Ejército Mexicano ofreció - y cumplió - retirar los retenes durante la jornada electoral del 2 de julio para no obstruir el libre tránsito de los ciudadanos (con lo cual implícitamente se reconoce que normalmente ese libre tránsito se obstaculiza). Pero ese hecho aislado difícilmente compensa una situación permanente en la que se forjan las actitudes, los temores y hasta los compromisos forzados de la ciudadanía.



Sobre este telón de fondo, de una situación de conflicto que no se ha resuelto a pesar de lo que afirma la propaganda de las autoridades, hay que ubicar la serie de acontecimientos de violencia que se han sucedido en el presente año y que difícilmente pueden considerarse meros casos aislados. Entre estos hechos generadores de tensión se cuentan: el avance militar sobre comunidades de la Selva Lacandona y la amenaza de desalojo a varias de ellas, esgrimiendo pretextos ecológicos; las emboscadas en El Bosque en febrero y en junio y la de Chenalhó (en las cercanías de Pantelhó) en el mes de mayo. Es necesario recordar que en las dos últimas emboscadas, las autoridades han intentado cargar la culpabilidad sobre indígenas zapatistas con argumentos de muy cuestionable valor jurídico, con lo cual se ponen en evidencia las motivaciones políticas y la previsible intención de desatar una persecución sobre comunidades zapatistas. Más recientemente hay que contar el violento desalojo y detención de cerca de 70 personas en San Felipe Ecatepec (Mpio. de San Cristóbal) que protestaban por los daños que causa a su comunidad la construcción de una carretera. Finalmente tenemos los últimos hechos de violencia en Yajalón que venían siendo anunciados por una creciente situación de tensión en la Zona Norte del estado, donde opera impunemente desde hace por lo menos 4 años el grupo paramilitar "Paz y Justicia", que con motivo de una disputa agraria, atacó la comunidad Tierra y Libertad, quemó sus casas y obligaron a la población a desplazarse hacia las montañas.

Existe un patrón en los hechos de violencia en Chiapas que fue denunciado repetidas veces por la hoy desaparecida CONAI, a saber, que la violencia es inducida y provocada en las comunidades con fines de control político o militar. Durante este año, numerosas organizaciones no-gubernamentales hemos denunciado y alertado a la opinión pública que los hechos de violencia, como los que recordamos más arriba, podrían obedecer a una estrategia de intimidación para inhibir la participación ciudadana en las elecciones. Las probabilidades de esta hipótesis se mantienen al constatar que en las pasadas elecciones federales los distritos con mayor porcentaje de abstencionismo coinciden con las regiones en donde se ha registrado una alta intensidad de la violencia política y son además distritos donde el PRI obtuvo una votación favorable.

Cabe destacar que, mientras que en el resto del país el nivel de participación de la ciudadanía fue amplio y activo, en el estado de Chiapas el abstencionismo alcanzó un porcentaje cercano al 50%. Esto permite además, ubicar dentro de sus reales proporciones el tan proclamado triunfo del PRI en Chiapas el 2 de julio. Aunque es verdad que el Partido Revolucionario Institucional obtuvo la mayoría de votos frente a las diversas oposiciones, consideradas por separado, su votación solamente representa cerca del 22% del electorado, debido a la alta abstención. Es claro que esta precaria representatividad podría también afectar en un momento dado a la alianza opositora. Esta realidad, junto con las otras señaladas anteriormente, indica, sin lugar a dudas, que las condiciones para un verdadero ejercicio democrático del derecho al voto difícilmente están dadas en Chiapas. Si llega a darse un verdadero avance democrático, será, no gracias a, sino a pesar de las condiciones existentes en el estado. Cualquiera de los candidatos que triunfe deberá tomar en cuenta que las elecciones son apenas un paso para la normalización de la vida institucional de Chiapas. Las tareas pendientes son múltiples y siguen pasando por lo establecido en la Ley para el Diálogo y la Conciliación, ley que las actuales administraciones, federal y estatal, han preferido ignorar por completo: a través del "diálogo y la conciliación =85atender las causas que originaron el conflicto (iniciado el 1º. de enero de 1994) y promover soluciones consensadas". Es evidente que esto pasa por el reconocimiento de la primera etapa de los Acuerdos de San Andrés y la reiniciación del proceso de negociación para la paz.

Intento de manipular políticamente la religión.
Se debe reconocer que las campañas para la gubernatura de Chiapas en general han tenido un mejor nivel que la campaña presidencial donde, con demasiada frecuencia, los candidatos cayeron en el insulto y la descalificación personales. Sin embargo, los golpes bajos no han estado del todo ausentes en Chiapas. Es necesario denunciar la campaña recientemente desatada, utilizando el nombre de la religión católica, contra el candidato de la Alianza por Chiapas, de reconocida filiación evangélica. Por diversos medios han circulado a últimas fechas volantes anónimos en que se insta a los católicos a "defender nuestra fe" votando por "el católico Sami David David" (sic) y no por "el evangélico Pablo Salazar Mendiguchía". Es evidente la motivación política más que religiosa de esta campaña (Sami David acaba de declarar públicamente como que no profesa ninguna religión) lo cual es especialmente grave porque intenta desatar en todo Chiapas un proceso análogo al de San Juan Chamula, donde la religión se manipula para fines de control político, dando por resultado uno de los cuadros más graves y persistentes de violación sistemática de los derechos humanos. La situación, repetidamente denunciada por organismos no-gubernamentales, es tolerada por las autoridades estatales quienes serían las presuntas beneficiarias de la actual campaña para lograr la insólita identificación PRI-catolicismo. Los ministros de culto de uno y otro lado, harán bien en no prestarse a esta burda manipulación y más bien alertar a sus feligreses sobre la indebida manipulación de la fe para fines políticos.

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En cuanto al Consejo Estatal Electoral, está por verse si logra estar a la altura del papel que jugó el IFE en las elecciones federales. Por lo pronto, y a unos cuantos días de las elecciones, un gran número de ciudadanos no han recibido las acreditaciones para la observación electoral a pesar de que llenaron los formatos, asistieron a los talleres de capacitación; cumpliendo con todos los requisitos en tiempo y forma.

Frente al proceso electoral del próximo 20 de agosto, las organizaciones abajo firmantes expresamos nuestra preocupación tanto por las irregularidades específicamente político-electorales, como por los hechos de violencia que se están presentado en diversas regiones del estado. Demandamos a los órganos electorales que cumplan su tarea con ética y profesionalismo garantizando la limpieza del proceso electoral. A las diversas autoridades federales, estatales y municipales las exhortamos para que, dentro de sus diversos ámbitos y atribuciones, actúen para garantizar condiciones mínimas de respeto a los derechos humanos y al sufragio. A las autoridades encargadas de la procuración de justicia, les exigimos que la persecución de los muy reales ilícitos que se han registrado en el estado de Chiapas, no sea pretexto para actuaciones más políticas que jurídicas en las que el estado de derecho resulte más vulnerado que defendido.

Finalmente, exhortamos a la ciudadanía a no comprometer su voto por amenazas ni por engaños y a informarse para que su voto, libre, secreto y razonado, sea para el candidato que responda a las necesidades del pueblo.

POR EL RESPETO A LOS DERECHOS POLITICOS Y CIVILES DE LOS CIUDADANOS

San Cristóbal de las Casas, Chiapas a 11 de Agosto de 2000


Alianza Cívica Chiapas, Centro de Derechos Humanos "Fray Bartolomé de Las Casas, A.C.", Centro de Derechos Indígenas A.C. CEDIAC, Salud y Desarrollo Comunitario A. C. SADEC, Comisión de Reconciliación Comunitaria CORECO, A.C., Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria, CIEPAC, Centro de Derechos Humanos "Fray Matías de Córdoba" A.C., Centro de Derechos Humanos "Fray Pedro Lorenzo de la Nada", Colectivo Aprendamos, Promoción de Servicios de Salud y Educación Popular A. C. PRODUSSEP, Equipo de Apoyo en Salud y Educación Comunitaria A. C. EAPSEC, Centro de Investigación y Acción para la Mujer A. C. CIAM, Defensoría del Derecho a la Salud A. C. DDS, Centro de Capacitación en Ecología y Salud CESC, Colectivo de Educación para la Paz A. C. CEPAZ, Colectivo de Encuentro entre Mujeres A. C. COLEM, Melel Xojobal A. C., Barrios y Colonias de San Cristóbal BACOSAN, Comité Promotor de la Asamblea Ciudadana de los Altos de Chiapas, Organización Social Yomlej.