San Cristóbal de Las Casas, Chiapas a 25 de junio de 2002
Las organizaciones civiles abajo firmantes hemos seguido con preocupación los acontecimientos y posiciones del sector público y privado en torno a la Reserva de la Biosfera Montes Azules (RBMA). El problema no puede aislarse del contexto geopolítico y la lucha por el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas. El conflicto en la RBMA es un ejemplo de la necesidad del gobierno federal por construir condiciones sociales y políticas para la implementación del Plan Puebla Panamá.
No somos ajenos a los legítimos intereses ecológicos para preservar esta importante región del país; tampoco desconocemos la existencia de intereses económicos, simulados con interés científico para explotar los recursos naturales dentro de la Biosfera, minerales, hidrocarburos, genéticos e hidrológicos. No es ningún secreto la existencia de intereses de Pulsar, el saqueo de Conservación Internacional o los intentos como el proyecto ICBG-Maya, ahora cancelado.
La postura del gobierno federal y estatal de urgir el desalojo de comunidades indígenas asentadas dentro de la RBMA, bajo el pretexto de implementar políticas ecológicas, desconoce las razones estructurales que han llevado a cientos de familias a encontrar una alternativa de vida dentro de la RBMA, desconoce la interrelación entre la población indígena y su entorno ecológico, así como su derecho a decidir sobre su territorio y tomar en sus manos la problemática ecológica.
El gobierno federal minimiza el conflicto aún vigente con el EZLN y con él sus causas. Se prepara para disuadir o en su caso enfrentar las resistencias a los desalojos con la presencia de la policía y el ejército mexicano. Tampoco podemos pasar por alto el programa Fronteras del Sur, que sólo beneficia a la política fronteriza de Estados Unidos, el cual bajo el pretexto de detener la migración y el tráfico de drogas, ha favorecido una creciente presencia militar y policial. En cualquier caso, refuerza la posibilidad de la reanudación de las hostilidades bélicas.
El gobierno del estado por su parte, impulsa negociaciones por separado con algunas de las comunidades afectadas, particularmente las afiliadas a la ARIC-Independiente, ofreciendo reubicación en terrenos que de facto están tomados por el EZLN, lo que complejiza esta problemática. Estas medidas no dan respuesta a las demandas indígenas en su conjunto y refuerza la actitud discriminatoria del Estado.
El gobierno estatal con su doble discurso, explora los límites de su legitimidad frente al movimiento armado, apostando a la inacción del EZLN frente a sus acciones de "desarrollo". Pablo Salazar no puede pasar por alto que en el fondo de los conflictos que han surgido de manera reciente, particularmente en el municipio de Ocosingo entre bases zapatistas y organizaciones sociales, se encuentra la implementación de proyectos productivos con dinero del gobierno estatal y federal, que está siendo leída por el EZLN como continuidad de la estrategia constrainsurgente.
Las organizaciones y comunidades que habitan la zona, y que están directamente involucradas, no comparten el mismo punto de vista. Al menos son tres los actores indígenas involucrados de manera relevante:
Debido a estas condiciones demandamos:
Hacemos un llamado a las comunidades, municipios y organizaciones de Chiapas:
CDH Fray Bartolomé de las Casas
Chiltak
Colem
Feminario
Foro Chiapas
CIACH
Kinal Antzetik
Jolom Mayaetik
PRODUSEP
CIEPAC
Edu Paz
Ciam
Melel Xojobal