Esta carta la escribo para denunciar abusos por parte de Procuraduría General de la República de México.

Soy uruguaya, estudiante y tengo 24 años.

Cuando viajaba de raid el 15 de abril del 2000 en un trailer, desde San Cristóbal de las Casas (Chiapas) hacia Ciudad de México con mi novio (también uruguayo), fuimos detenidos por un retén de la P.G.R..

Esto sucedió en la ruta trans-ístmica, en el estado de Oaxaca a pocos kilómetros del límite con Veracruz, a la medianoche, en un puesto de control fitozoosanitario.

Con la excusa de revisión por drogas, un oficial nos pidió la documentación y luego de leer y releer exhaustivamente nuestros pasaportes, visas y pasajes, y al no encotrar ninguna irregularidad, comenzó a registrar nuestras pertenencias. No logró encontrar nada que nos implicara en nada, igualmente la revisión continuó.

Una oficial me llevó hasta el puesto de control, sin permitirle a mi novio que me acompañara (mientras los demás oficiales se burlaban). Dentro de una habitación me dijo que me desnudara y me hizo agachar tres veces. No bastándoles con revisar mi cuerpo, volvieron mas oficiales a revisar mis pertenencias, riéndose y burlándose de la situación y de cuanto objeto encontraban.

Todo lo que cuento, sucedió a pesar de mi negación, mis reclamos y mis lágrimas.

Por medio de un grosero abuso de poder, la P.G.R. violó mi intimidad, mi orgullo y mis derechos con total impunidad. Esto no sucedió por casualidad o por coincidencia aislada del entorno, yo soy sudamericana, mujer, estudiante, viajo por México con poco dinero, y conocí Chiapas.

No quiero que esto le suceda a nadie más.
La Violación de los Derechos Humanos en México, forma parte de la vida cotidiana, y esta vez me tocó a mi.

Por favor, no asumamos este tipo de situaciones como normales, debemos tomar conciencia que la dignidad, libertad, igualdad y justicia, son derechos de todos.

Catherina Romanelli.